La Diputación se desentiende de los afectados por el cierre de Helitt

Algunos empezaron en ese momento una larga batalla, que todavía continúa perdida, para intentar recuperar el gasto desembolsado en los billetes que habían comprado, pues la marcha de Helitt de Foronda fue un visto y no visto. Una de ellas es Amaya. De golpe y porrazo, ella y cinco de sus amigas, que habían reservado y pagado sus asientos para volar a Barcelona el 1 de marzo, perdían viaje y asiento de un día para otro.

“Tras enterarnos de que Helitt dejaba de operar en Vitoria llamamos repetidas veces a la compañía, y cuando dejaron de contestarnos recurrimos a Consumo, AENA, la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, el Ararteko, el Ayuntamiento de Vitoria y la Diputación de Álava. Algunos, como el Ayuntamiento y la Diputación, no se han dignado a contestarnos”, lamenta Amaya, que recuerda perfectamente la fotografía del 24 de octubre de 2012 en la que “el presidente de Helitt, rodeado del alcalde de Vitoria y el diputado general, anunció que esta compañía iba a ofertar los vuelos entre Vitoria y Barcelona”. Tras mucho pelear, estas seis chicas consiguieron que Helitt “nos enviara los recibos para la devolución del dinero, 497 euros en total, pero el reembolso nunca llegó”.

Así las cosas, y teniendo en cuenta que “la Diputación fue una de las instituciones que intervino para que Helitt se instalara en Foronda”, decidieron ponerse en contacto con el Ejecutivo foral. Lo hicieron a través de un correo electrónico fechado el 3 de abril de 2013, que las afectadas han facilitado a este periódico, en el que además adjuntan documentación en la que la aerolínea andaluza reconoce la deuda que mantiene con ellas por haber cancelado sus vuelos y abandonado las operaciones en Gasteiz.

“Al entender que la Diputación había facilitado y promocionado los vuelos de Helitt nos dirigimos a ellos, pero ni siquiera nos han respondido”, critica Amaya. De hecho, el Gabinete de Javier de Andrés no sólo no les ha respondido nunca, sino que el pasado 8 de octubre el diputado foral de Promoción Económica, José Zurita, subió la apuesta y directamente negó en una contestación por escrito al grupo juntero de EH Bildu “haber tenido noticias sobre anulaciones o devoluciones de billetes, ni de ninguna persona afectada por ello”.

tampoco el ayuntamiento Además de con la Diputación, las seis afectadas -aunque este periódico ha podido constatar que existen al menos otras tres personas con el mismo problema- contactaron con el Ayuntamiento vitoriano, que en su caso al menos tuvo la decencia de responderles... Para decirles que eso era responsabilidad del Departamento de Consumo. Tan cansadas como enrabietadas, no es de extrañar que las personas que siguen peleando por recuperar el dinero que perdieron por la espantada de Helitt sientan que para posar en la foto de presentación Javier de Andrés y Javier Maroto no se mostraron tan evasivos como ahora para echarles una mano.

“No es sólo una sensación, es una auténtica realidad. Todas las puertas que hemos tocado se han cerrado con excusas y evitación de responsabilidad, incluidos los propios organismos que gestionaron en su momento los acuerdos se han movido posteriormente. No es solamente un tema económico, es la desidia de los organismos públicos para hacer frente a las consecuencias de sus propias decisiones y que al final terminamos pagando todos, en este caso de manera directa y en otros indirectamente”, concluye Amaya.

comparecencia De cualquier forma, habida cuenta de la sorprendente respuesta aportada en un primer momento por el diputado foral de Promoción Económica, negando tener constancia de nada, EH Bildu presentó la semana pasada una solicitud de comparencia de José Zurita “para que informe sobre la anulación de los vuelos por parte de Helitt, de las personas afectadas y los pasos dados por la Diputación para que estas personas recuperen su dinero”.

Por si fuera poco, Helitt, que puso pies en polvorosa apenas tres meses después de instalarse en el aeropuerto de Foronda, echó el cierre definitivamente a la empresa a finales de septiembre, dejando en la calle a los cerca de sesenta trabajadores que mantenían a flote la compañía, que ya sólo contaba con uno de los tres ATR-72 de 66 plazas con los que contaba desde mediados de 2013. Las pérdidas y la falta de liquidez habían causado un socavón cercano a los cinco millones de euros de deuda para la compañía malagueña, sobre cuya instalación en Foronda la Diputación alavesa siempre ha mantenido que se produjo “sin subvenciones institucionales”.