Zaramaga es más que ladrillo y cemento. Los cimientos de este barrio obrero nacido al norte del Casco Viejo se alimentan de historias marcadas por el sacrificio y la constancia, que rezuman sudor, sangre y lágrimas. Las de los hombres y mujeres que vinieron de Extremadura, Andalucía, Galicia, Castilla y Gipuzkoa a finales de los cincuenta. Aquellos emigrantes protagonizaron la expansión de la Vitoria almendrada, sin proponérselo, con el honrado objetivo de encontrar un techo y una oportunidad. Los trigales y el polvorín fueron desapareciendo para dar paso a industrias, aceras, viviendas. El distrito creció y adquirió una buena cantidad de servicios municipales y espacios de encuentro, de zonas verdes y calles vibrantes. Pero el tiempo siguió pasando y el más de medio siglo de vida ha pasado factura. Hace falta una regeneración y ya no se puede seguir esperando a que la Administración tienda una mano. Tras los cantos de sirena de las dos últimas legislaturas, en las que el Ayuntamiento de Vitoria propuso una rehabilitación que no se ha materializado, vecinos, comerciantes, empresarios y trabajadores han decidido recurrir a ese sentimiento enraizado de comunidad para abordar en grupo todas sus necesidades y buscar el camino hacia esa modernización tantas veces soñada.
Hoy mismo se dará el primer paso gracias al encuentro participativo Re-crea Zaramaga, en el que más de medio centenar de residentes se reunirá en torno a varias mesas de trabajo para intercambiar impresiones. La iniciativa parte del Foro Abierto para la Regeneración de Zaramaga, un colectivo formado por vecinos y entidades vinculadas al barrio. “Algunos de nosotros coincidimos en unas actividades organizadas por Promoción Económica para identificar los pros y contras del barrio y compartimos la necesidad de impulsar un movimiento transversal, que permitiera construir un proyecto que fuera la suma de todos, hecho desde abajo, para luego abordarlo de la mano del Ayuntamiento, de forma consensuada y con la seguridad de que se hará, que no dependa, como hasta ahora, del color de la camiseta de quien gobierna cada cuatro años”, explica José González, tesorero del nuevo movimiento, conocido hasta ahora por representar a los comerciantes del barrio y defender con ahínco su rehabilitación integral.
La presidenta del Foro, Diana Paniagua, ecologista, bicicletera y vecina de Zaramaga, asiente a cada palabra de su compañero. “Estábamos cansados de rehabilitaciones piloto que no llegaban a nada, de estudios que el Ayuntamiento de Vitoria encargaba a no sé qué empresas y acababan guardados en los cajones, de experiencias sueltas, sin más trasfondo...”. Se refiere a ese plan Renove que fue un fracaso y al proyecto del Gobierno de Patxi Lazcoz que quería convertir a Zaramaga en el Soho vitoriano, aquél que luego reinventó el Gabinete de Javier Maroto con la vista puesta en Chueca, para el que nunca hubo partidas económicas palpables. Ahora, pasadas las malas experiencias, ella y el resto de integrantes de la nueva asociación se muestran confiados. Se puede hacer borrón y cuenta nueva, con otra forma de trabajar. “No vamos a esperar a que nos den todo hecho o a quejarnos en el bar porque no nos dan nada. Hay que recuperar ese espíritu reivindicativo que siempre tuvo Zaramaga de la mano de las nuevas generaciones. Y podemos conseguirlo. Ya tenemos el carro, las ruedas y los caballos. Sólo necesitamos gente para que se suba. Y si además quiere empujar, mucho mejor”, subraya la portavoz.
Re-crea Zaramaga no va a ser una asamblea al uso. La fórmula escogida se llama world café, metodología que concentrará a los participantes en pequeños grupos de cinco personas que se van intercambiando, para exponer las impresiones de cada cual y ahondar en ellas. “Al final, se recogerán dos ideas de cada mesa, se analizarán y en los próximos meses se realizará un informe con aquellas propuestas compartidas por todos o la mayoría de los asistentes”, explica José. El encuentro comenzará a las seis y media de la tarde en una sala del centro cívico Iparralde 2, el antiguo semillero de empresas, y se prolongará durante dos horas y media. En ese tiempo también se dará a conocer el propio Foro, así como el resultado de ReHub Zaramaga, un taller de ideas para la recuperación de espacios degradados realizado por los arquitectos de Kalekolan en el que jóvenes de otros lugares de Vitoria expusieron sus propuestas “divertidas, interesantes y futuristas” para el barrio tras una completa visita.
La dinámica por la que ha apostado el Foro para reconstruir Zaramaga desde abajo da un vuelco al modelo de participación ciudadana que ahora funciona en la ciudad, tan criticado por su inmovilismo y la falta de respuestas. “No queremos que esto sea como un consejo territorial, donde salen distintas reivindicaciones y nada es vinculante”, apostilla Diana. Ella ya ha advertido al Ayuntamiento de que, a partir de ahora, “lo que se proponga para el barrio deberá partir de los vecinos y ser trabajado con los técnicos municipales para ver si se puede materializar y de qué manera”. A la espera de las opiniones que se extraigan del primer encuentro participativo, quienes integran la nueva plataforma coinciden en que los principales males de este otrora juvenil icono obrero son el envejecimiento de la población por la llamada del flautista de las VPO a las nuevas generaciones, el deterioro de un parque inmobiliario con serios problemas de accesibilidad y sus 200 lonjas vacías. “Hay que buscar fórmulas para adecuar esos pisos, ayudar a los ancianos, recuperar la actividad empresarial en esos locales y, de esa forma, atraer jóvenes, aprovechando a su vez todos los atractivos que todavía conserva el barrio, que son muchos”, subraya José.
Uno de los integrantes del Foro es un logroñés recientemente afincado en Zaramaga y ya se ha convertido en el mejor embajador del barrio. El tesorero recuerda una conversación que mantuvo con él hace unos días. “Me decía que le encanta la ubicación, porque está a tres minutos de la oficina y del colegio de la hija, a cuatro de El Boulevard, a a siete del Casco Viejo... Además, es un barrio muy luminoso, lleno de zonas verdes. Y todo eso con unos precios muy razonables para establecerse. Insistía en que es un lujo que hay que dar a conocer”, rememora. Diana está de acuerdo al cien por cien con ese retrato, al que añade “la cantidad de servicios municipales, las buenas conexiones y, por encima de todo, la sensación de pueblo”. Zaramaga nació como una gran familia y, aunque muchas cosas hayan cambiado, persiste cierto calor de hogar. El que seguramente ha hecho posible que, mientras otros barrios se dejan arrastrar por el destino, languidecientes y mudos, éste saque las uñas y luche por no quedarse dormido. “Y eso que no somos tan reivindicativos como antes”, apunta Paniagua. “Pero eso es porque quienes lo fueron están jubilados o en el otro mundo. Por eso es tan importante que las nuevas generaciones tomen el relevo y que siempre haya alguien que tire del carro cuando otro se cansa”, señala su compañero, acostumbrado a tomar todas las riendas que prometían una rehabilitación integral del lugar donde siempre ha vivido y trabajado.
Hace poco, José escuchó una frase que le ha calado hondo. “La política es tan importante que no se debe dejar sólo en las manos de los políticos”. Al recitarla, la paladea. Está convencido de esa máxima y espera que muchos otros vecinos y asociaciones sean conscientes de la necesidad de sumarse al cambio. “Supone esfuerzo y dedicación”, reconoce, “pero puede merecer la pena”. Los fracasos previos no le han hecho perder la fe en la rehabilitación urbanística, social, económica y medioambiental de Zaramaga. Todavía cree que llegará y confía en que la filosofía transversal de la nueva plataforma, en una época de crisis donde la gente ha empezado a levantarse del sillón, llame a la participación. Quienes quieran unirse al Foro Abierto para la Regeneración de Zaramaga, ya sean vecinos individuales o entidades vinculadas al barrio, pueden escribir al correo forozaramaga@gmail.com. Por el momento, lo integran una veintena de residentes y la asociación de comerciantes y hosteleros, el Itinerario Muralístico de Vitoria, la Escuela de Teatro Porpol, la Escuela Superior de Arte y Diseño, Kalekola, El Boulevard, Plan Biko, la asociación de mujeres San Francisco de Asís, la asociación vecinal Bizigarri, Michelin, ESA Audiovisuales y la asociación cultural Zaranbiz. “¿Podemos? No sé, pero lo vamos a intentar”, sentencia Diana.