vitoria - La temporada de baño en las playas de Ullibarri Ganboa parece haber empezado con visitantes no deseados: pequeños gusanos, inofensivos pero molestos, que se adhieren a la piel humana en honor a su condición de sanguijuela. Los atrevidos bañistas que se zambulleron el fin de semana en las frescas aguas del pantano dan fe. El Departamento vasco de Sanidad, todavía no. El lunes 9, los técnicos recogieron muestras y salieron limpias de extraños inquilinos. No obstante, como el protocolo manda revisiones semanales, ayer repitieron el procedimiento y lo hicieron con la atención especialmente puesta en la alerta lanzada por los usuarios. Además, hoy realizarán una inspección exhaustiva de las playas, otra medida establecida quincenalmente durante la época estival, para garantizar la higiene total de los espacios.
Puestas en marcha todas las acciones posibles, Sanidad aguarda ahora a los resultados de los análisis, de los que dependerá la adopción o no de medidas para minimizar las molestias que podría ocasionar una plaga de gusanos. Mientras llegan las conclusiones, en el Departamento prefieren no elucubrar sobre si podrían pertenecer a la misma familia que los que se detectaron en junio de 2011. En aquel entonces, las muestras analizadas concluyeron que aquellos visitantes pertenecían al conjunto de "anélidos de la clase Hirudinea". En ese grupo los hay marinos, terrestres y arborícolas, pero la gran mayoría vive en agua dulce, como los encontrados en el pantano alavés. Son un tipo de sanguijuela, de ahí que se aferren a la piel con facilidad, pero no pueden provocar lesiones a los bañistas porque a priori son inocuos y no hematófagos. Es decir, que en ningún caso se nutren con sangre. El único inconveniente podría producirse en caso de que los gusanos se aferrasen a las mucosas. Por eso, hasta que Sanidad analice la situación, los usuarios harían bien en no zambullirse por completo, evitar baños de más de un cuarto de hora y ducharse con agua potable justo a continuación, con especial cuidado en los pies, donde siempre aparecen, para evitar el traslado de hirudineos a otros lugares.
Hace tres años, las molestias acabaron rápido. Tras detectarse las zonas donde estaban los gusanos, se señalizaron y acotaron los espacios colonizados. Apenas un mes después, en julio, ya no había ni rastro de ellos. La presencia de este intruso es, en cualquier caso, una muy buena noticia medioambiental. Estos gusanos suelen hacerse notar cuando el medio en el que se mueven está oxigenado, así que su irrupción en las playas alavesas indica que la calidad de las aguas es buena. Otra cuestión es que resulten un tanto molestos. Los bañistas se han encontrado hasta ahora con dos tipos de gusanos: uno blanquecino, visto en Garaio, y otro más oscuro, encontrado en Landa. Se preguntan si podría tratarse del mismo tipo, salvo que en diferente estado de gestación, o de dos clases distintas. En cualquier caso, comparten la capacidad para pegarse a la epidermis.
Como naturaleza viva que es, de vez en cuando el pantano se enfrenta a invasores no deseados. Uno del que será ya muy difícil despedirse, por no decir imposible, es el mejillón cebra. Oriundo de los mares Negro, Caspio y de Arán, se extendió con velocidad inusitada por todo el mundo adherido a los cascos de los barcos que navegaban por los canales fluviales. Hace más de un año y medio se encontraron tres ejemplares adultos en las aguas de Ullibarri Ganboa. Hoy en día, están infectadas. Como para no. Cada ejemplar puede poner hasta dos millones de huevos al año. Tanto económica como medioambientalmente los daños son grandes, ya que este animal lo tapiza todo. Las tomas de agua, las captaciones de las industrias, los molinos hidráulicos, los suelos del embalse... No obstante, al igual que sucede con los gusanos, son inofensivos para la salud humana. Lo único por lo que deben preocuparse los bañistas es por extremar la limpieza -propia y de embarcaciones- si se hace uso de espacios afectados para que la plaga no se propague más.
Con sencillas pautas, y a la espera de la decisión que tome Sanidad, los alaveses podrán seguir disfrutando de sus playas de interior, perfectamente preparadas para el esparcimiento y la seguridad de los usuarios. Hasta el 31 de agosto, habrá once socorristas los fines de semana y ocho de lunes a viernes, más un coordinador, además de una silla anfibia en la zona de Garaio, junto a la caseta de salvamento, para facilitar el baño de las personas con movilidad reducida.
Salmonella en 2007. No es habitual que en las playas de Ullibarri Ganboa se detecten situaciones que realmente puedan afectar a la salud humana. El último episodio se remonta a julio del año 2007, cuando Sanidad prohibió el baño en la zona llamada Landa I tras la detección de salmonella. No obstante, los análisis realizados a lo largo de esa semana fueron positivos, ya que casi inmediatamente se dejaron de hallar restos de la bacteria, y el departamento levantó el veto a los bañistas.