amurrio - Los termómetros de Amurrio marcaban al mediodía 27 sofocantes grados que hacían presagiar una exitosa nueva edición de la fiesta del txakoli alavés, y así fue. El Txakoli Eguna fue un auténtico hervidero de gente que, atraída por el sol y el aroma del oro líquido de los campos ayaleses, consumió a lo largo de la jornada 1.500 litros de este caldo.
"Nos ha salido un día estupendo, en cuanto a clima se refiere, y eso es el 80% del éxito de esta fiesta. El hielo para mantener frías las botellas nos ha llegado algo tarde, pero estamos francamente agradecidos por la asistencia de público", explicó el presidente de Arabako Txakolina, Josu Ortuzar, que no quiso pasar por alto que "el año próximo la fundación de productores artesanos de txakoli en Álava cumpliremos 25 años". El ambientazo hizo que las personas que en la actualidad integran Arabako Txakolina se olvidaran por un día de las preocupaciones que les suponen a lo largo del año mimar hasta el exceso sus hectáreas de viñedos, así como del hecho de que esta campaña la producción haya sufrido "una caída bestial del 38%", aunque eso no mermó la calidad.
De hecho, ayer el gerente de la denominación de origen de txakoli alavés, Joxean Merino, dio a conocer que "ninguna de nuestras bodegas ha bajado de la calificación de buena y dos de ellas han logrado un excelente, siendo la nota media del 80% del caldo elaborado de muy buena, con una situación adecuada en olor y aroma, destacando los cítricos y un regusto a frutas tropicales como valor positivo; pero lo mejor es que la gente lo pruebe por sí misma", subrayó. Y le hicieron caso, ya que la nota predominante de la jornada fueron las colas. Primero, para la adquisición de tickets, y después para lograr el ansiado trago de txakoli en cualquiera de las txosnas de las ocho bodegas de Arabako Txakolina. Pero para beber hay que saber comer, y a ello ayudaron los stand de pollo Lumagorri, panceta y chorizo Basatxerri, anchoas del Cantábrico, pintxos morunos, Euskal Hamburguesa, morcilla de Amurrio, txistorra, salchichas blancas, o chorizo criollo y hasta patatas, como no, alavesas, que ofrecía un novedoso "papa móvil".
Por su parte, los diecisiete bares del municipio se ofrecieron a colaborar en la jornada vendiendo un pintxo, junto con una copa de txakoli alavés, por el precio de 1,80 euros. "Yo no soy muy bebedora de txakoli pero lo he probado y esta muy rico, es lo menos que puedo hacer para agradecer a nuestros baserritarras todo el esfuerzo que hay detrás del simple acto de descorchar una botella", reconoció la alcaldesa, Josune Irabien.
Homenaje a un buen amigo La jornada también hizo un hueco al homenaje con la entrega de la distinción Txakoli Alavés 2014 a la familia del director de coros local, Carlos Larrinaga, fallecido hace dos años. El acto "más bonito y complicado del día", como señaló un emocionado Luis Mariano Álava, presidente de los artesanos txakolineros, cuando explicó que "este reconocimiento siempre ha recaído en restauradores, gastrónomos y sommeliers que nos han ayudado a encumbrar nuestro producto, pero esta vez se trata de un amigo que admiraba este caldo con la misma pasión que nosotros y nuestro colaborador incondicional. Por ello, el brindis de hoy va por el txakoli, por la música y por Carlos", exclamó sacando un aplauso unánime de las personas que abarrotaban el salón de plenos municipal.
La placa homenaje la recogieron la mujer e hijas de Larrinaga, antes de que una de ellas, Andere, emulara a su padre dirigiendo las voces de Amurrioko Abesbatza -integrada también por amigos íntimos del homenajeado- en la interpretación de Festara.
Mientras transcurrían estos actos, un lateral de la plaza Juan Urrutia dio cabida a los quince participantes del novedoso concurso que sustituía al tradicional de pollo de baserri: el de garrafa. Una antigua receta de granizado de txakoli, que se llevaba a las romerías en una época en la que no existían los frigoríficos, elaborada a base de vino blanco o txakoli, agua, azúcar y limón, en heladeras tradicionales. Unos aparatos hoy en desuso y joyas de museo. Las garrafas más conocidas son las de Orozko, ya que en este municipio vizcaíno se han recuperado más de 400 aparatos. La presencia de varios representantes de este municipio en el certamen hacía vaticinar el destino de los premios principales, pero para sorpresa de todos el vencedor fue el Txoko Mendiko de Amurrio que reconocía a este periódico que era "la primera vez que hacemos garrafa".
Además, el paseo de San Antón acogió una exposición de productos artesanos y label que aglutinó a 26 expositores de pan, miel, queso y pasteles. Como todo en Amurrio ayer, el espacio de venta al público estuvo abarrotado durante todo el día. Tras una jornada de éxito, hoy tocará pasar la resaca.