gasteiz - Las ciudades las planifican las administraciones. Las buenas las hacen los buenos ciudadanos, hombres y mujeres respetuosos que se preocupan por su entorno y procuran enriquecerlo. Pronto, Vitoria tendrá la oportunidad de realzar esa fuerza vecinal de la mano de Tecnalia. La entidad vasca líder en innovación, investigación y desarrollo está diseñando una iniciativa para Gasteiz dentro de un gran proyecto europeo nacido en 2012, Citi-Sense, consistente en la construcción de observatorios ciudadanos para la mejora del medio ambiente urbano. El objetivo es dotar a los habitantes de dispositivos que permitan conocer la calidad de su urbe, dar sus opiniones e influir con ellas en la renovación de viejos espacios y el planeamiento de los nuevos.

La teoría suena un tanto utópica, pero en Tecnalia están convencidos de que los gasteiztarras verán un día su materialización en la práctica. "La finalidad última es la participación ciudadana en la toma de decisiones de la Administración y estamos seguros de que al terminar el proceso, para 2016, se habrá conseguido". El científico Juan Ángel Acero se mostraba ayer muy seguro de su trabajo, en un receso de la reunión celebrada en las instalaciones de la entidad vasca en Derio con los responsables de los distintos experimentos piloto que dan forma a Citi-Sense. En su conjunto, el proyecto europeo se sustenta en tres patas fundamentales en la planificación medioambiental de una ciudad: estado de los espacios públicos, niveles de calidad del aire en toda la urbe y dentro de los colegios. A su vez, la iniciativa se compone de tres fases de trabajo: el desarrollo de los sensores, la creación de la tecnología que permita la comunicación de los datos a smartphones y la realización de la experiencia in situ. Una labor de cuatro años con tres escenarios, Vitoria, Barcelona y Oslo, en la que están involucrados nada menos que 27 centros de investigación. "De España, sólo nosotros", matizó el técnico vasco.

En el caso de Vitoria, el experimento piloto pasa por dotar a los ciudadanos de unos sensores que medirán las variables climáticas -confort térmico-, los niveles acústicos y la exposición a rayos ultravioleta en cuatro zonas: la estación de autobuses, el parque de Salinillas de Buradón, la plaza de Gerardo Armesto y el entorno del Centro de Estudios Ambientales. El proyecto gasteiztarra está más avanzado que otros porque no evalúa la calidad del aire, parámetro para el que hacía falta desarrollar medidores. "Para las variantes de nuestro proyecto ya existen esos dispositivos y se comercializan", aclaró Acero. El caso es que -y esto ya es igual para todos-, la información que recogen los aparatos será enviada inmediatamente a servidores informáticos que, a su vez, las dirigirán automáticamente al resto de los habitantes y a la Administración a través de una aplicación telefónica. De esta forma, "si el Ayuntamiento quiere realizar la mejora de un entorno, dispondrá de las opiniones ciudadanas y podrá tenerlas en cuenta al realizar esa adecuación".

Tecnalia tiene previsto finalizar en julio el desarrollo de la tecnología de comunicación de datos, por lo que para otoño los científicos podrán realizar un testeo en esas cuatro zonas y comprobar que el sistema funciona correctamente. Después, se realizará una prueba con cincuenta personas, vitorianos anónimos pero muy involucrados en materia green, como los participantes de la Agenda 21 o del Consejo sectorial de Medio Ambiente. "En ningún caso serán funcionarios o técnicos vinculados a las instituciones", aclaró Acero. Si las previsiones siguen su curso, el técnico cree que esa experiencia podría desarrollarse de aquí a un año. ¿Y después? "Se aplicaría de modo genérico a toda la ciudadanía", sentenció. En una urbe tan exigente como Gasteiz, seguro que corren ríos de megabytes.

Desarrollo de la tecnología. Tecnalia ha podido acelerar esta fase del trabajo, ya que para medir los parámetros de confort térmico, niveles acústicos y exposición a rayos ultravioleta ya existen sensores de medición. Ahora, está desarrollando la tecnología que permite transmitir los datos a servidores informáticos y entre teléfonos móviles. Espera que esté lista para julio.

'Testeo' técnico. En otoño, los técnicos llevarán a cabo una prueba en las cuatro zonas de medición del proyecto piloto: la estación de autobuses, la plaza Gerardo Armesto, el parque de Salinillas de Buradón y el entorno de la sede del Centro de Estudios Ambientales.

Experimento ciudadano. De aquí a un año, la intención es realizar una prueba con cincuenta personas, ciudadanos anónimos pero involucrados en materia medioambiental. Finalizada esta fase, el proyecto podrá extenderse al resto de los vitorianos.

El investigador de Tecnalia aplaude la finalidad del proyecto, por el cual los ciudadanos dispondrán de información sobre la calidad de su entorno y podrán transmitir sus opiniones a través de una aplicación de móvil para influir en la planificación medioambiental que lleva a cabo el Ayuntamiento.

2016

El proyecto europeo arrancó en 2012 y contempla una duración de cuatro años, por lo que se prevé que para 2016 los vitorianos puedan disfrutar de la tecnología desarrollada para tomar parte en la mejora de la calidad medioambiental de su ciudad.