las conclusiones de la última memoria de la Policía Local, que sitúa a los nuevos barrios de Gasteiz como el blanco perfecto de los cacos, no han sorprendido en absoluto a los vecinos de Zabalgana y Salburua. El documento presentado este martes en el Consistorio advierte de que los robos con fuerza, ésos que se producen tanto dentro de los vehículos como en camarotes, garajes o viviendas, tienen como escenario más recurrente a estos distritos de reciente construcción. Además son los delitos más habituales de entre todos los que se cometen en la ciudad. Zabalgana, para desgracia y resignación de sus residentes, lidera este ranking de dudoso honor. "Esto va por rachas, pero los robos son bastante habituales. Al que no le ha tocado todavía es porque ha tenido suerte", asegura la portavoz del colectivo vecinal Zabalgana Batuz, Leila Martín.

La asociación ha denunciado en múltiples ocasiones esta realidad, desde el mismo momento en que se fundó, pero por desgracia los robos han seguido sucediéndose casi sin descanso. "Sobre todo en garajes y trasteros", certifica Martín, cuyo diagnóstico coincide con los resultados de la memoria de la Guardia Urbana. De los 1.150 robos con fuerza que recogieron los atestados policiales a lo largo de 2013, 533 se produjeron en el interior de vehículos -la mayoría en garajes- y otros 254 fueron calificados como con fuerza a secas, entre los que se incluyen los realizados en los trasteros.

Cifras significativas, teniendo en cuenta que representaron el 45,1% del total de delitos registrados en los atestados de la Policía Local el año pasado, 2.547. Cabe resaltar, por ejemplo, que los robos con violencia o intimidación provocaron el año pasado la apertura de sólo 301 atestados por parte de la Policía Local gasteiztarra, con 24 detenidos y 22 imputados. En esta modalidad de delito, fue el Casco Viejo el que se llevó el primer puesto de una clasificación que a nadie le gustaría encabezar.

De vuelta a los robos con fuerza, Zabalgana se llevó la palma el año pasado, aunque Salburua no se quedó atrás según advierte su portavoz vecinal Ioseba Martínez de Guereñu. "Aquí pasa tres cuartos de lo mismo. Sí es verdad que en el barrio se respira seguridad y no se dan robos con violencia, puedes salir a la calle tranquilamente, pero sigue habiendo muchos en garajes y trasteros", remarca el líder de Salburua Burdinbide. Sobre todo en los primeros, ya que muchos vecinos, hartos de ser desvalijados en los trasteros, prácticamente los han dejado vacíos y los cacos, conscientes de ello, ni siquiera se molestan ya en forzar sus puertas.

El particular diseño de los edificios de estos barrios, donde conviven numerosas comunidades de vecinos, y también de los garajes, muchos de ellos de varias plantas y con los trasteros en su interior, facilitan el trabajo a los amigos de los ajeno. El hecho de que muchos de los vecinos no se conozcan hace imposible muchas veces saber distinguir al ladrón que camina por el garaje con una bicicleta recién sustraída con un compañero de comunidad que sale a dar una vuelta. "Nos conocemos poco y eso es un problema", apunta en este sentido Martín, quien también mira hacia el urbanismo exterior para explicar las oleadas de robos. "Hay soportales con puntos ciegos, también falta iluminación en muchos sitios...", enumera. El parque de Borinbizkarra y la parte final de Reina Sofía son dos de esas zonas oscuras donde meter mano en un vehículo ajeno resulta sencillo para el ladrón de turno, amén de dar bastante miedo a algunos de sus vecinos cuando caminan solos y a altas horas de la noche.

Martín cree que aumentar la presencia policial en Zabalgana "no sería ni la única solución ni la definitiva, ni mucho menos". Por contra, la representante vecinal aboga por "no repetir los mismos errores" que ya se cometieron en la creación del barrio a la hora de construir nuevas edificaciones y "mejorar lo que ya está hecho", instalando por ejemplo más iluminación. La portavoz vecinal, sin ir demasiado lejos, ha sido ya testigo de media docena de robos en su garaje comunitario desde que se instaló en Zabalgana, que incluyen el desvalijamiento de varios vehículos. La última, "de juzgado de guardia", incluyó el desguace de varias motocicletas. "Y eso no se hace en cinco minutos", censura Martín, quien se muestra escéptica ante la puesta en marcha de soluciones globales para el barrio. "Serían parches y poco más".

mismo 'modus operandi' De vuelta a Salburua, Martínez de Guereñu advierte de que el modo de actuar de los ladrones en estos nuevos barrios sigue el mismo patrón de siempre. "Allí donde se entrega una promoción, inmediatamente empieza a haber robos. En dos meses entran en el garaje fijo", denuncia el portavoz de Salburua Burdinbide, testigo del desplazamiento de este fenómeno hacia las afueras del barrio, a medida que ha ido creciendo. Evidentemente, su foco de preocupación se sitúa ahora tanto en Larrein como en Arkaiate, los dos últimos exponentes de la expansión del distrito situado al este de la ciudad. Zonas donde todavía pocos vecinos se conocen, en las que son habituales esos grandes garajes con trasteros, y que se encuentran muy apartadas del centro del barrio.

A diferencia de Martín, Martínez de Guereñu sí ve necesario reforzar la presencia de la Policía Municipal en el barrio en horario nocturno. "Se lo hemos dicho al Ayuntamiento porque el problema sigue", lamenta el portavoz vecinal. El problema no es otro, a su juicio, que la policía de barrio termina sus labores a las 22.00 horas y los robos suelen sucederse precisamente a partir de esa hora. "Deberían estar hasta altas horas de la madrugada para poner freno a todo esto. Igual en otros barrios no es necesario, pero aquí hay un problema distinto y la solución debe ser también diferente", zanja Martínez de Guereñu.