las fichas fueron cayendo como en un dominó. La crisis económica trajo consigo la crisis del ladrillo, o viceversa, y la construcción inició de forma irremediable su caída en picado. Los gremios que orbitan alrededor de una obra son muchos, y ninguno se libró del azote de la recesión. Vitoria tampoco fue ajena a estos problemas. Finalizado entre 2007 y 2008 el boom inmobiliario que levantó bloques de pisos en Salburua y Zabalgana a ritmo inasumible, lo que quedó en la capital alavesa fue un solar en forma de paro y escaso trabajo para todos los actores del reparto inmobiliario, incluidos los principales encargados de cincelar negro sobre blanco las nuevas edificaciones. Siete años después de los primeros síntomas, los arquitectos alaveses continúan sufriendo las consecuencias de la crisis, aunque parece que, por fin, este 2014 trae los primeros indicios de luz al final del túnel. Con todo, la situación que atraviesa este colectivo en la provincia alavesa es, a tenor de los datos que aporta el presidente de la delegación en Álava del Colegio oficial de arquitectos Vasco-Navarro, Jorge Magán, un tanto desoladora.
Con alrededor de 305 arquitectos adscritos, el COAVN cobra unos gastos de gestión a cada profesional que quiere visar un proyecto, pero según las cifras que manejan, en todo 2013 hubo un 45% de arquitectos alaveses que no presentó "absolutamente nada", explica Magán. "La situación que atraviesa nuestra profesión es muy complicada, y eso lo vemos a diario. Desde 2007 los ingresos que manejamos en el Colegio se han reducido una tercera parte. De unos 600.000 euros hemos pasado a 240.000 para este año, y eso que las cuotas por visar los proyectos se han incrementado casi un 50% desde entonces", explica el presidente de la delegación alavesa.
obras en los portales Como sucede con otras tantas profesiones, también los licenciados alaveses en arquitectura se han visto obligados a buscarse la vida en otros sectores para poder tener ingresos en estos tiempos en los que diseñar nuevas edificaciones es prácticamente una quimera. "Conozco a arquitectos que están vendiendo perfumes en Sephora o sirviendo cubatas los fines de semana. Son las consecuencias de una crisis que ha afectado especialmente al sector de la edificación", apunta Jorge Magán.
Pero el desempleo que afecta a este sector no es por supuesto un problema sólo alavés. Según un estudio elaborado a finales del pasado año por el sindicato español de arquitectos, siete de cada diez profesionales están en paro, trabaja de forma ilegal o cobra un sueldo de mileurista. Además, entre los que están sin trabajo casi un 75% no cobra ningún tipo de prestación o subsidio de desempleo.
Así las cosas, no es de extrañar que ahora mismo el principal eje de la arquitectura alavesa sean las obras en los portales de Vitoria. "Todos pueden ver que la ciudad está patas arriba con los portales. Ahora que la expansión de Salburua y Zabalgana se ha terminado estamos prácticamente bajo mínimos y los portales son sin duda el trabajo estrella", subraya Magán.
El hecho es que hay pocos proyectos, por no decir ninguno, y el mercado gasteiztarra se ha convertido en una jungla en la que los arquitectos saltan a por su presa con una ferocidad que ya quisieran algunos animales de la sabana africana. "Ahora hay una guerra total en la que parece que todo vale y se están tirando los precios de una forma brutal, porque al final la gente necesita llegar a final de mes. Desde el Colegio poco podemos hacer, porque al final si uno dice que lo hace por 5.000 euros el otro dice que por 4.000, y otro que por 3.000. Muchos estudios de arquitectura tienen que estar perdiendo dinero porque por los precios que está trabajando no se puede sacar adelante un proyecto", lamenta el presidente de la delegación alavesa del COAVN, que asume sin embargo que, evidentemente, "esto está pasando en todos los gremios de la construcción, pero una cosa es mantener el estudio de arquitectura abierto y otra tirar los precios, porque por ahí mal futuro le veo a esta profesión".
perspectivas Pero, a pesar de que el sector de la arquitectura alavesa lleva colgando de un fino hilo durante los últimos años, parece que en los primeros compases del presente año la tendencia empieza a cambiar. En enero el Colegio de arquitectos incrementó un 14,7% los ingresos por proyectos presentados respecto a enero de 2013. En febrero la cifra se elevó hasta un 26,5%, aunque en marzo el aumento fue menor, con un 4,6%. En total, durante el primer trimestre cuentan con una subida del 15,9% en proyectos aportados por los profesionales de la provincia alavesa.
"Parece que hay un ligero repunte y estamos mejor que el año pasado por estas fechas, pero no podemos todavía lanzar las campanas al vuelo. También me consta que en el Colegio de aparejadores andan un poco mejor que el año pasado, así que tenemos un pequeño indicio de que la construcción en Vitoria se está empezando a mover ligeramente", concluye Jorge Magán justo antes de advertir con rotundidad que, de cualquier forma, "todavía vamos a ver muchas malas caras y malos tiempos en la construcción".
éxodo profesional Y así, con la losa del desempleo todavía sujeta a la espalda y abocados a obras menores como los citados portales, a los arquitectos alaveses recién salidos (o no) de las facultades no les queda más remedio que, al igual que otros profesionales, buscarse la vida lejos de su tierra natal en destinos de los más variado. Según el informe elaborado por el sindicato estatal de arquitectos, el 18% de los que emigran parten a Alemania, el 14% a Reino Unido, el 9% a Suiza y el 6% a Francia. Lejos de Europa, países como Chile o China acogen al 4% respectivamente, mientras Estados Unidos o Arabia Saudí son el lugar elegido por un 2% de los que se van. Los países que marcan la pauta en este éxodo profesional no difieren demasiado de los seleccionados por los jóvenes arquitectos gasteiztarras.
"Algunos están en Suiza y otros se han ido a Santiago de Chile. También Brasil ahora mismo está siendo un fenómeno muy puntual en materia laboral por las Olimpiadas y el Mundial. Al final la gente que se marcha está contenta porque tiene posibilidades de disponer de un trabajo en este sector, algo que no puede conseguir en Vitoria o en Euskadi", incide finalmente Magán sobre toda una generación perdida de arquitectos alaveses, que aunque ahora dibujan los edificios de ciudades remotas todos sueñan a buen seguro con levantar construcciones en la Vitoria que les vio nacer.