casco viejo. Seguimos con las mismas, a veces me pregunto qué sacarán manchando la cultura con sus trazos de spray. Esta vez le ha tocado a la escultura de Nestor Basterretxea La libertad se abre redonda del cantón de la Soledad, que dura impoluta rara vez gracias a la labor incansable de los energúmenos del garabato. Estaría bien saber si en estos casos el Ayuntamiento también va a pasar la factura a los autores. Foto: Jabier Rodriguez