vitoria - Pasan los años, nacen nuevas generaciones, la tecnología avanza y la ingente cantidad de información sobre mil y un aspectos lleva a pensar que cuestiones como la educación sexual, antaño un tabú insalvable en colegios y familias, son ahora un tema del que los jóvenes hablan abiertamente sin problemas. Nada más lejos de la realidad. Sí, los adolescentes alaveses están cada vez más informados gracias a canales antes impensables como las redes sociales. Pero eso no significa que las prácticas de riesgo no sean una constante actualmente. De hecho, no sólo son una constante, sino que a tenor de los datos que manejan en la Comisión Antisida cada vez son más los jóvenes vitorianos que acuden a este colectivo tras haber consumado relaciones sin anticonceptivos. Muchos sólo buscan información, pero una cifra muy elevada va en busca de recursos como los test de embarazo, que esta asociación entrega de forma gratuita a los chicos y chicas que se presentan en el local después de mantener una relación sexual de riesgo.
Según explica Miguel Ángel Ruiz, presidente de la Comisión Antisida de Álava, si hasta hace poco en Vitoria repartían entre tres y cuatro test de embarazo mensuales, desde hace unos meses esta cifra se ha elevado de forma notable. Y es que actualmente son alrededor de una quincena las solicitudes que reciben de estos test al mes por parte de jóvenes de la capital alavesa. "Hablamos de menores de entre 15 y 18 años de procedencias muy distintas. No hay un número mayor de adolescentes extranjeros respecto a chicos y chicas locales. Vienen jóvenes latinoamericanos, árabes o autóctonos, de todo tipo", apunta por su parte Mikel Resa, sexólogo con más de catorce años de experiencia.
Su trabajo al frente de la iniciativa Gazteen Artean-Sida, entre otras cosas, le convierte en uno de los principales referentes de la ciudad en el ámbito de la prevención y la educación sexual de los chavales. En los colegios e institutos primero y en los locales de la Comisión Antisida después, Resa advierte el largo camino que resta por andar en Álava en materia de sexualidad. "Es algo a lo que en los centros escolares siempre llegamos tarde. No existe una educación sexual en los colegios como sería aconsejable, con una asignatura y un acceso constante a la información", explica este sexólogo de la Comisión, encargado de recibir a los chicos y chicas menores de edad que acuden en busca de los citados test de embarazo gratuitos o de preservativos. Gracias a su reparto en el local, Resa tiene oportunidad de poder charlar con los adolescentes para conocer -y despejar- sus incógnitas e inquietudes.
dinero y riesgo Es de hecho el coste cero de dichos test o el bajo precio de los preservativos respecto al que tienen en tiendas o farmacias lo que anima en muchas ocasiones a los chicos y chicas a acudir a la Comisión Antisida. Porque en este terreno también la crisis ha hecho mella. "En cierta forma es un reclamo para que vengan a nosotros y tengamos ocasión de darles información y charlar con ellos. Por otro lado muchos no se atreven a entrar en una farmacia y adquirir un test de embarazo o unos preservativos, además de que directamente hay otros que no tienen dinero para comprarlos. Saber que tienen un lugar que les puede servir de referente les anima a acudir con más tranquilidad", expone Mikel Resa desde la asociación, donde a pesar de todo atisban un descenso en el número de adolescentes afectados por enfermedades de transmisión sexual (ETS). Una bajada que por ahora no parece encontrar compañía entre la población adulta, donde hace un par de años la propia Comisión ya alertaba de su "continuo incremento" en Álava.
Con todo, el esfuerzo por parte de colectivos como éste es ahora mismo el principal motor de educación sexual en los chicos y chicas gasteiztarras, pues el sistema escolar no acaba de dar con la tecla para acceder a ellos de la mejor forma posible, posiblemente por cuestiones como la que Resa ejemplifica a la perfección. "No tiene mucho sentido ir a una clase de cuarto de la ESO a explicar a las alumnas lo que es una regla, cuando ya la tienen todas. Luego en el terreno de la sexualidad les pedimos a nuestros hijos que sean responsables, pero los padres se lavan las manos y se piensan que sus hijos e hijas son seres asexuados", incide este sexólogo.
El pasado mes de julio, un estudio de la facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco establecía en 15,7 años la edad en la que los jóvenes vascos mantenían su primera relación sexual. Pero parece que el hecho de existir un mayor acceso a la información a la hora de prevenir las infecciones de transmisión sexual o evitar embarazos no deseados no implica necesariamente que, a la hora de la verdad, los adolescentes alaveses hagan uso de esos conocimientos.