GASTEIZ. La familia de Lázaro, de 34 años, está muy sorprendida con la forma en la que se está llevando a cabo la investigación policial para averiguar el paradero de este ingeniero informático, ya que hasta ayer los agentes no habían hablado con el joven alemán con quien compartía habitación en una posada frente al mar Caribe.
En declaraciones a Efe, Roberto Martínez, primo de Borja Lázaro, ha explicado que la novia del vitoriano, Danny Sánchez, natural de México, visitó ayer Cabo de La Vela y participó en una reconstrucción de los hechos junto a un representante de la Fiscalía, el jefe de la Policía Nacional colombiana, Alejandro Calderón, y el chico alemán que vio por última vez al vasco.
El portavoz de la familia del desaparecido ha advertido de que pese a que en la investigación están participando tanto la Policía Nacional de Colombia como los "gaulas", un cuerpo especializado en secuestros, "nadie había hablado con el chico alemán hasta ayer".
Martínez ha contado que según la versión de éste, el dueño del hostal en el que se alojaban les dijo a las 22.15 de la noche del 7 de enero que les iba a apagar la luz, y Lázaro y él decidieron que era pronto para irse a la cama y se fueron a tomar algo fuera del establecimiento.
Nada más salir del hostal vieron un coche aparcado en la puerta con dos hombres en su interior que les ofrecieron algo de beber.
Según el chico alemán "era una bebida bastante fuerte y con alguna hierba", ha indicado Martínez, quien ha explicado que su primo y su amigo alemán estuvieron tomando algo con estos dos hombres, a los que no conocían, en la puerta del hostal y luego se fueron a la cama.
El vitoriano desaparecido compartía habitación con el alemán y con otras diez personas más, pero el hostal sólo tenía inscritas a tres personas, los extranjeros, mientras que el resto, que eran colombianos o bolivianos, no figuran en ninguna parte.
La familia se ha enterado de estos detalles ayer, tras hablar con la novia de Borja Lázaro, que les contó lo sucedido en la reconstrucción de los hechos.
Asimismo, les comentó que las sandalias que Borja usaba se quedaron a los pies de la hamaca, por lo que la familia considera que la hipótesis de que se fue a dar un paseo y se desorientó pierde fuerza.
Cuando el chico alemán se despertó la mañana del 8 de enero, el vitoriano ya no estaba en su hamaca. Sin embargo, todas sus pertenencias, incluidas sus cámaras de fotos y su documentación, estaban en el hostal. Sólo se llevó consigo su móvil.
En este sentido, el portavoz de la familia ha recordado que Borja Lázaro disponía de una tarjeta colombiana y otra española, y se ha preguntado cómo no se ha investigado si se hizo alguna llamada con la tarjeta de Colombia.
Finalmente, ha indicado que para la Policía colombiana todas las hipótesis siguen abiertas, tanto la del ahogamiento, como la de que salió a caminar y se perdió, o la del secuestro.
El portavoz de la familia ha pedido "más rigor" en la investigación y ha considerado que si los datos que se supieron ayer se hubieran conocido antes, quizás la investigación habría tenido mejores resultados.
La novia de Lázaro, que ayer dio una rueda de prensa en Colombia, ha descartado que el vitoriano se levantara de madrugada y se fuera a dar un baño al mar o que saliera a caminar sin saber a dónde iba porque "es muy organizado en las decisiones que toma".
Lázaro trabajaba como informático en Luxemburgo con su novia hasta que en agosto se mudaron a México por motivos laborales de ella, y el joven decidió tomarse unos meses para viajar por América Latina y preparar un reportaje fotográfico.
A Colombia llegó en noviembre y había recorrido la costa Caribe y Bogotá. Antes de su desaparición había convivido durante "varias semanas" con familias wayúu, pues como fotógrafo aficionado quería retratar la situación de las comunidades más vulnerables.