Vitoria. El 4 de agosto de 1957 un grupo de jóvenes gasteiztarras tuvieron una ocurrencia. Una locura de juventud que, con el paso de los años, acabó por convertirse en una de las señas de identidad de Vitoria. Decidieron utilizar un muñeco, vestido con txapela, abarcas, gerriko, hatillo y blusón, para llamar a la fiesta a todos los vitorianos en el inicio de La Blanca.
Fue la primera bajada de Celedón de la historia. El primer txupinazo. Ayer, uno de los creadores de la ahora multitudinaria fiesta del 4 de agosto, Amado López de Ipiña, falleció a los 83 años en la capital alavesa. Tuvo el honor de inventar tan alegre acontecimiento junto a sus compañeros Luis María Sánchez Íñigo, Jesús Jiménez, José Luis Madinaveitia, José María Sedano, José Luis Isasi, Javier de Azpiazu, Mario López de Guereña y Josetxu Pérez de San Román.
Con algunos de ellos protagonizó de hecho la bajada de Celedón del 4 de agosto de 2007, fecha en la que se cumplía el 50º de su locura transformada en ejemplo perfecto del jolgorio y la alegría en Gasteiz. El funeral en memoria de Amado López de Ipiña tendrá lugar mañana a las 20.00 horas en la iglesia parroquial de Santa María de Los Ángeles, en la calle Bastiturri. Su memoria y recuerdo permanecerá para siempre en la capital alavesa porque, sin él, seguro que las fiestas de La Blanca no serían lo que son.