vitoria

La diversión no se compra, pero por Navidad todos los niños esperan ansiosos esos momentos mágicos vestidos de regalo. Es entonces cuando algunos padres, cada vez más, se echan a temblar. Hace tiempo que la crisis dejó de hacer mella en las grandes cifras macroeconómicas y bajó a la calle, colocando a muchos alaveses al borde de un barranco que nunca hubieran imaginado tan cerca. Los pobres son ahora familias de clase media, autóctonas, vapuleadas por el paro, el desgaste de los ahorros y la hipoteca, que tratan de sobrellevar su difícil situación en la intimidad, hasta que su aprieto es tal que acuden, avergonzadas muchas veces, a los recursos sociales del territorio en busca de orientación, una ayuda económica o comida. Apenas tienen ya para el día a día y mucho menos, por tanto, para cumplir con la lista de Olentzero y Reyes Magos. Por suerte, existen iniciativas de las que pueden echar mano para salvar ese brete y proporcionar ilusión a los más pequeños. Juntas y por separado, ONG, empresas, instituciones y particulares se alían estos días dispuestas a llenar manos vacías. Una labor que se ha vuelto más intensa este año. Malos tiempos para el bolsillo, buenos para la fraternidad.

Cruz Roja siempre se llena de envoltorios de colores ante la llegada de la Navidad. "Regalar un juguete conlleva una ilusión para quien lo entrega y para quien lo recibe, pero tras este hecho hay muchas más cosas: su valor educativo, el apoyo que brinda en las etapas de desarrollo, la transmisión de valores...", subrayan desde la delegación alavesa. Por eso, y ante la triste seguridad de que muchos niños podrían ver cercenado su derecho a jugar si no existieran gestos altruistas, la ONG ha vuelto a la carga. Este año, además, su campaña de recogida de juguetes ha dado otro paso. Gracias a un convenio con el hipermercado E.Leclerc, todos los artículos acumulados y repartidos han sido completamente nuevos. Según explica el responsable de Intervención Social y Plan de Empleo, Txomin Ondarre, "en ediciones anteriores llegaron juguetes en muy mal estado y decidimos que sería bueno introducir este requisito porque consideramos que los niños más desfavorecidos también deben poder estrenar y no queremos que se den situaciones crueles".

En tan sólo dos días, voluntarios de Cruz Roja hicieron acopio de los juguetes nuevos recogidos en colaboración con el hipermercado. Y, por otro lado, llevaron a cabo una recopilación de aquellos de ediciones anteriores que no habían llegado a repartirse y se podían seguir considerando nuevos. A continuación, procedieron a la clasificación de los artículos por edades y los empaquetaron, listos para su entrega a las familias desfavorecidas que han entrado en contacto con los distintos programas de la ONG o que pueden acreditar su difícil situación económica. Fue una labor ingente. "Llegamos a estar desbordados, tanto por la demanda como por las aportaciones de mucha gente y entidades colaboradoras", explica Ondarre. La generosidad entró en el número 52 de portal de Castilla por tantas vías que al final sobraron juguetes. Estaba previsto iluminar 600 sonrisas y finalmente fueron 350 los chavales que acudieron al acto festivo del 19 de diciembre locos por rasgar papel.

Cruz Roja sabe, no obstante, que el excedente pronto encontrará destinatario. Los cumpleaños son otro de esos momentos destinados a regalar juguetes y cientos de familias alavesas pueden volver a encontrarse con la imposibilidad de comprarlos. Tranquilidad, eso sí, en caso de que no quedaran en los armarios y estantes de esta asociación. Cáritas también estará al pie del cañón. El organismo oficial de la Diócesis de Vitoria dedicado a la acción caritativa y social se va a encargar de poner en circuito las muñecas, coches, libros, juegos de mesa y un sinfín más de artículos que ha recopilado la Obra Social de Caja Vital gracias a la campaña puesta en marcha a la par que la exposición Baby Boom, juguetes para todos. Desde su apertura a finales de noviembre hasta este viernes, último día de recogida, se han recibido más de mil juguetes. Una colorida y contrahecha montaña que ha ido creciendo en el acceso a la primera planta de la Sala Fundación Caja Vital gracias a los visitantes de la muestra, cientos de ciudadanos informados y los clientes fieles de La Unión, un bar de la Plaza Nueva que no dudó en sumarse a esta iniciativa solidaria en cuanto supo de ella.

"Los responsables de la exposición se tomarán una semana para organizar y clasificar los distintos juguetes, y a partir del día 14 les tomaremos el relevo", explica el secretario de Cáritas, Ramón Ibeas. La idea es ofrecer artículos de forma gratuita a aquellas familias que no puedan comprarlos y vender el resto a precios populares a través del circuito de este colectivo religioso. Según cuenta el responsable vitoriano, "nuestro objetivo no es fomentar la dependencia, sino generar una economía social, y con estas campañas de recogida de juguetes conseguimos tanto cubrir carencias como generar empleo y favorecer la inserción". En definitiva, extraer un valor añadido a las acciones solidarias.

Dentro del ámbito religioso, también hay parroquias que se dedican a la recogida y reparto de juguetes de segunda mano. Una de las más activas es la de Santa María, en el Casco Viejo. En esta Navidad, se han apuntado a la lista de beneficiarios 310 familias. "La cifra ha subido respecto al año pasado, como también lo han hecho las penurias. Quienes nos piden juguetes son, en general, personas muy muy necesitadas", explican desde la iglesia. Los regalos empezaron a llegar semanas antes de Olentzero, procedentes tanto de ciudadanos particulares, como de colegios e instituciones. Y, por suerte, también han sido más que en pasadas ediciones. Al parecer, "la crisis ha potenciado la solidaridad". La metodología seguida por las mujeres voluntarias encargadas de ordenar y repartir los artículos es muy práctica. Conforme llegan los solicitantes, toman nota del número de niños de cada hogar, su edad y sexo, y les asignan un número. En función de esas características agrupan los regalos en paquetes y avisan a las familias para que los recojan. "Antes dejábamos que eligieran, pero acababa resultando un lío", aclaran.

La solidaridad ciudadana también permite que los niños hospitalizados celebren la Navidad con la ilusión de un juguete. Sus donativos entran en la saca de Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente, quienes los reparten luego entre los pequeños enfermos. Como todos los años, los monarcas acudirán hoy a Santiago y mañana viajarán a Txagorritxu. Su presencia es la más esperada, aunque este viernes hubo otro reparto muy especial de regalos entre los txikis que han de permanecer ingresados. Los jugadores del Deportivo Alavés cumplieron con la tradicional visita navideña a Txagorritxu. Borja Viguera, Guzmán, Ion Vélez e Iván Crespo fueron en esta ocasión los elegidos para levantar la expectación a su paso por las habitaciones de la primera planta del hospital. Los chavales, y los que no lo son tanto, disfrutaron de un buen rato con estos ídolos de carne y hueso que llevaron el cariño albiazul allí donde a veces es difícil esbozar una sonrisa. Por suerte, son muchas las personas que piensan en los pacientes de Pediatría durante estas fechas. La ONG Cantajuego ha preparado para estas fechas diez cajas compuestas cada una de ellas por un DVD, un CD, un peluche, un gorro y una bufanda.

Otra iniciativa muy especial ha sido la de los voluntarios que dan vida al grupo de facebook Cadena de Favores Vitoria-Euskadi. Su campaña comenzó a mediados de noviembre y finalizó el 10 de diciembre, fecha en la que empezaron a empaquetar los artículos recogidos para repartirlos en Nochebuena entre diez familias necesitadas de Sansomendi, Zabalgana, Lakuabizkarra, Judimendi, Salburua y la zona centro. La respuesta ciudadana en Gasteiz y Nanclares fue abrumadora. A los cientos de juguetes se sumaron obsequios para los padres e incluso champán o langostinos. El colectivo está feliz, deseoso ya de que lleguen otras fecha señaladas para entregar toda la mercancía que ha sobrado.

El espíritu navideño es tal que hasta las instituciones políticas se ven contagiadas. El Ayuntamiento de Vitoria cuenta con el Azoka Txiki, un programa que promueve la solidaridad entre los alumnos de Educación Primaria y los socios de las ludotecas municipales. Su labor es recoger juguetes usados en perfecto estado y venderlos a precios populares, con ayuda de los padres y madres, en un rastrillo. El de este año se celebró el pasado 14 de diciembre en el Iradier Arena, con 1.513 txikis participantes, 5.400 juguetes y 31 stands. Más de 4.500 personas acudieron a la feria y se recaudaron 16.087 euros, destinados al acondicionamiento de espacios de reunión y juegos en un centro educativo del distrito de Collique, en Lima. Además, el Consistorio gasteiztarra dispone de un programa llamado Reciclagune, a través del cual se pueden aquirir -entre otros objetos- juguetes de segunda mano. Sus responsables aseguran que durante la Navidad la demanda se ha incrementado.