Vitoria. Los gasteiztarras lo conocen ya como si fuese un vecino más, no hay que olvidar que viene instalándose desde la Navidad de 1962, pero el belén de La Florida mantiene aún hoy en día intacto su magnetismo. Su atractivo es indiscutible, hasta el punto de que constituye uno de los más reconocidos de todo el Estado. Basta con darse un rápido paseo por el nacimiento vitoriano para concluir que, además de numerosos turistas, no son pocos los locales que se deleitan perdiéndose día sí y día también por sus múltiples escenarios y sacando chispas a sus cámaras de foto y vídeo. Actualmente, conforman el belén cerca de 300 figuras entre personajes, animales, edificios y objetos decorativos, un crecimiento que ha sido gradual durante estos últimos 50 años.

En un primer momento, el belén sólo estaba compuesto por el nacimiento de la gruta, el misterio de la Asunción y la imagen de un arriero con un burro. Ya en los años 70 contaba con más de 50 figuras, hasta llegar a las cifras actuales con el paso de los años. El belén comienza a colocarse, como si de un ritual cíclico se tratase, a mediados de noviembre. El mítico castillo de Herodes, ubicado en lo alto del parque, es el primer escenario que suele montarse. Luego viene el resto, todo un mundo de figuras que suelen cambiar de ubicación para ofrecer nuevos decorados a los visitantes. La inauguración oficial tiene lugar a principios de diciembre.

Pese a las gamberradas y los vándalos que cada año logran cobrarse una o varias piezas que han de pasar al hospital para su recuperación, visitar el belén de La Florida constituye una de las tradiciones más arraigadas de estas fechas. Pero no es el único, ya que quien lo desee puede tomar parte estos días en la Ruta de los belenes que recorre hasta 29 nacimientos a lo largo y ancho de la ciudad.

El itinerario, realizado en colaboración con la Asociación de Belenistas de Álava y la Obra social de Caja Vital, se ha ampliado este año hasta los 40 belenes, incluyendo los instalados en otras localidades de la provincia. La ruta, destacada como una de los más significativas dentro de la programación navideña, supone un elemento de atracción para visitantes y una actividad de gran interés para la ciudadanía. Iglesias, palacios de la ciudad, tiendas, hoteles o residencias de la tercera edad componen las paradas de un itinerario que está cosechando un éxito indudable.