vitoria. El pasado 17 de octubre se registró la primera compra colectiva de electricidad de la historia en España. Casi medio millón de personas se habían sumado a la iniciativa lanzada por la OCU para hacer valer el poder del ciudadano como consumidor y, aunque en primera instancia parecía que nadie iba a pujar por hacer negocio con esas 500.000 personas, finalmente una pequeña comercializadora que sólo opera a través de Internet, Holaluz, ofreció un ahorro medio de 49 euros anuales, y de 25 euros sobre la Tarifa de Último Recurso -la que tienen contratada la mayoría de los hogares- a quienes se habían apuntado a la compra colectiva.

La importante respuesta ciudadana que tuvo el llamamiento de la Organización de Consumidores y Usuarios se justifica con sólo echar un vistazo al aumento de la factura de la luz en el Estado en los últimos años. Desde 2007 hasta la fecha, los precios han subido un 60%, lo que convierte a España en el tercer país de la UE, tras Irlanda y Chipre, donde más caro sale darle al interruptor.

La OCU, que realizó una intensa campaña de promoción de la compra colectiva, no saltó sin red en esta aventura. Aunque la iniciativa es pionera en el Estado, en Portugal, en el Reino Unido o en los Países Bajos ya se han llevado a cabo iniciativas similares.