vitoria. El empeño de Javier Maroto en seguir retirando partidas económicas a centros de formación, con la excusa de que el Gobierno Vasco debe poner más y para forzar a que lo haga, abre nuevas heridas y levanta los puntos de las anteriores. Nadie diría que él y sus compañeros del PP desean crear un clima de cordialidad para negociar un Presupuesto lo más consensuado posible. Cuanto más se obstina el alcalde en esta nueva estrategia, más incómodo parece sentirse el PNV y más se atrincheran el resto de grupos en las filas literales de la oposición. El último capítulo, a cuenta de la FP, ha obligado a los nacionalistas a levantar la voz. La formación jeltzale acusó ayer de "irresponsable" al máximo mandatario de Gasteiz por retirar el tradicional apoyo municipal a los centros de Egibide. Una decisión tomada, además, de forma unilateral.

Las críticas llegaron un día después de la celebración del Consorcio de Formación Profesional, formado por el Ayuntamiento de Vitoria, la Obra Social de Caja Vital y el Gobierno Vasco. Fue un encuentro tirante en el que el Ejecutivo autonómico se comprometió a aumentar un 25% su aportación mientras el PP mantuvo su intención de no incluir la ayuda municipal en las Cuentas de 2014. Maroto entiende que el patronato debería de estar financiado con fondos de Lakua porque dicha institución paga en su integridad "140 aulas en Gipuzkoa y Bizkaia y ninguna en Álava". A su juicio, esa razón es suficiente para dejar de tender la mano a Diocesanas y Jesús Obrero. ¿Pero y las consecuencias de esa decisión?

El PNV augura un futuro negro. "Se está pasando de la preocupación a la alarma en el seno de la Formación Profesional porque, de confirmarse esta retirada de la subvención municipal, hay serias dudas sobre la sostenibilidad económica de Egibide", advirtió el portavoz nacionalista en Educación, Iñaki Prusilla. El edil tiene claro que Maroto "se está escudando en un absurdo debate de competencias y, pese a que el Gobierno Vasco está mostrando una clara voluntad de colaboración, insiste en incumplir los compromisos municipales". Para colmo, esta situación es ya la tercera de una cadena de órdagos del alcalde hacia el Ejecutivo autonómico que también ha puesto en riesgo a la UNED y el Conservatorio de Danza José Uruñuela.

Según explicó el PNV, entre estas medidas y otros ajustes, el proyecto de Cuentas del PP para 2014 recorta un 36% los fondos consistoriales para Educación. "De salir adelante el Presupuesto tal y como lo ha diseñado Maroto se avecina un escenario muy preocupante", reprochó Prusilla. El concejal nacionalista considera que "un alcalde que no cree en la formación y cualificación como herramientas clave del desarrollo local no cree en la ciudadanía". Más todavía ahora que Gasteiz ha de soportar el bofetón de la crisis. Los jeltzales no están dispuestos a facilitarle la operación al PP porque, a su juicio, supondría "arruinar en un solo año" una trayectoria en el campo educativo que había hecho de Vitoria "una ciudad ejemplar".

Desde las trincheras de EH Bildu, la irresponsabilidad de la que el PP acusa al PNV es cosa de los dos partidos. El portavoz de la coalición abertzale, Kike Fernández de Pinedo, tiene muy claro que este conflicto está provocado por "un tira y afloja partidista". Una afirmación a la que los jeltzales parecen dar la razón cuando, en su comunicado, destacan los "compromisos recientes" del Ejecutivo de Iñigo Urkullu con Vitoria en detrimento de la gestión de Maroto. A juicio de Fernández de Pinedo, esa pugna es la que ha generado un problema de financiación "donde no había" que ahora llevará a populares y nacionalistas "a pegarse" para ver quién le pone remedio primero. "Lo que no se puede", subrayó, "es generar angustia e incertidumbre gratuita sobre centenares de personas para acabar arreglándolo en las salas de prensa de las instituciones". O en el Pleno. En el caso del conservatorio, Maroto mantiene su idea de disparar las tasas para forzar al Gobierno Vasco y seguirá adelante con ella hasta que el resto de grupos se la tumben cuando llegue al fin la hora de votar.