vitoria. Son conocidas como fábricas de cachorros, criaderos situados en Europa del Este en los que los perros nacen en condiciones insalubres y viven a oscuras. Muchos de ellos acaban poniéndose a la venta por Internet, a través de criaderos multirraza e incluso en algunas tiendas españolas. Allí pueden costar 60 euros. Aquí se compran por 500. Llegan hacinados en furgonetas, en muchas ocasiones enfermos. Un negocio sin escrúpulos alimentado por la crisis. "Es algo que ha hecho y sigue haciendo mucho daño al mercado", sostiene Julián Colmenero, propietario de Arabacan. Por su clínica veterinaria han pasado varios de esos pobres perros. Y sabe que aún recibirá más.
"Hace poco tuvimos el caso de uno que llegó con parvovirosis", cuenta. Es una enfermedad viral que afecta principalmente a los cachorros de perros y se manifiesta con vómitos muy frecuentes, decaimiento y diarreas severas. Tiene un rápido desenlace fatal en menos de diez sin un tratamiento correcto, aunque según la virulencia incluso animales con tratamiento pueden morir. El que entró en Arabacan acabó falleciendo. "El dueño lo había comprado por una anuncio de ésos de multirraza, había pagado 300 euros y lo traían en un camión desde Rumanía", recuerda Julián, quien al ver los papeles constató que "no existía una garantía a la que poder echar mano". La respuesta del vendedor fue mandar otro, "porque le sale mejor que pagar un tratamiento", y ha llegado con la misma infección que el anterior. Algo lógico, pues al ir varios juntos sin las más mínimas condiciones higiénicas acaban contagiados.
Las ventas de perros en Arabacan han descendido ostensiblemente por este vergonzoso negocio. "Nosotros no vendemos nada importado, todo es de aquí y con su documentación, pero existe gente que mira el precio y así nos va", lamenta el experto. Consecuentemente, quienes no gastan en la compra del animal tampoco lo hacen en una alimentación de gama alta, en complementos o ciertos tratamientos médicos preventivos. Por eso, según alerta Julián, "el nivel del mundo de la mascota ha bajado hasta los suelos tras haber estado bastante alto". Algo más optimista, la clínica veterinaria de Ariznabarra asegura no haber detectado en este último año un repunte de este fenómeno. "Todavía sucede, pero creemos que algo menos porque el precio de venta de los cachorros nacionales ha descendido y se ha nivelado un poco respecto a los otros", opina Roberto, quien también se alegra de haber experimentado "una mayor concienciación a través de la adopción de animales abandonados".