gasteiz. Según ha confirmado la UAGA, Unión Agroganadera de Álava, la fábrica azucarera de Miranda de Ebro, donde hacen entrega de su cosecha los remolacheros alaveses, ha comenzado la campaña casi con un mes de retraso respecto a las fechas tradicionales de arranque de la misma. Esta tardanza se ha debido, en gran parte, a las anormales condiciones de siembra que, por las lluvias de primavera, también se vio retardada.
Las previsiones de la Azucarera señalan que se espera recibir un millón y medio de toneladas de remolacha en la zona norte del Estado, medio millón menos que el año pasado. De ellas, 432.000 corresponden a Miranda de Ebro, 568.000 a Toro (Zamora) y otras 500.000 a la fábrica de La Bañeza (León). El año anterior la ciudad burgalesa esperaba un aforo de 492.000 toneladas. Por su parte, Toro contaba con 827.000 y La Bañeza, con 691.000 toneladas. En conjunto la campaña anterior el aforo era de 2.010.000 toneladas.
La Azucarera considera que esta reducción tan significativa viene dada por la reducción de siembras, causada por la mala climatología de la primavera. En concreto alude a cerca de 6.000 hectáreas menos plantadas con este tubérculo. Por parte de las Organizaciones Agrarias, sin embargo, la percepción es otra. Se considera que los precios de la remolacha están siendo bajos y las explotaciones cultivadoras están optando por otras producciones. En concreto, según fuentes de la UAGA, el colectivo de explotaciones remolacheras ha reducido cerca de un 10% la superficie sembrada en el conjunto del territorio histórico.
En cuanto a la situación climatológica de esta campaña, desde la central agraria se prevén menores rendimientos. En principio, los mismos se estimarían con reducciones significativas en la producción. En concreto, de un 20%. La Azucarera, sin embargo, reduce sustancialmente esta bajada, considerando que será del 12% y que se llegará a las 81 toneladas líquidas por hectárea. En cuanto a los muestreos de riqueza, que determinan la calidad del producto, están siendo similares a los del año pasado.
El cultivo de la remolacha se encuentra en un momento clave y de gran incertidumbre sobre su futuro. Los precios para este curso ya están fijados, pero actualmente se están negociando los de la campaña 2014/2015, fecha clave puesto que finalizan gran parte de las ayudas actuales. Sin estas ayudas y contando exclusivamente con el precio que paga la industria, la remolacha dejaría de ser un cultivo rentable, situándose los costes de producción por encima de su precio. Desde UAGA se reclama a la industria que fije un precio remunerador y que no dependa de ayudas externas. Ya se han mantenido dos reuniones con la industria a estos efectos y las posturas están bastante alejadas. Se espera concluir con las negociaciones antes de fin de año.