a mediados de diciembre, el Valle de Ayala contará con una nueva moneda. Se llamará ogerleko y pretende estimular las ventas y limitar la fuga de clientes ante la importante reducción del consumo que está padeciendo el sector comercial en los últimos años. La iniciativa ha surgido en el marco del proyecto Compromiso por compromiso en el que está trabajando la Federación de Comercio de Álava junto con las asociaciones de comerciantes Apill de Llodio, Aeme de Artziniega y Apymca de Amurrio para buscar sinergias entre las empresas de comercio y servicios, y el sector industrial del valle.

En concreto, el ogerleko es una herramienta de fidelización que permitirá obtener descuentos en las compras que se realicen en los establecimientos adheridos, formando un circuito cerrado de consumo. Sólo la tendrán los trabajadores de la industria, y las empresas asociadas del Valle de Ayala que estén interesadas en trabajar con ella, y será de uso restringido a los establecimientos ayaleses que participen en el proyecto.

Con esta moneda local ganará la empresa, ya que ofrecerá un mecanismo de incremento indirecto de retribuciones a sus trabajadores; así como éstos, que verán aumentar su capacidad adquisitiva. También redundará en beneficio del comercio local, porque se evitará parte de la fuga de gasto y se captará parte del ahorro de trabajadores que viven fuera del Valle de Ayala y, al mismo tiempo, ganará la comarca, ya que se reforzará el consumo local y el desarrollo de la economía urbana.

El cliente, cada vez que compre en algún establecimiento de Llodio, Amurrio, Ayala, Artziniega u Okondo, recibirá con las vueltas ogerlekos. Es dinero que va a tener el mismo valor que el euro y que tendrá forma de billete de 20 y 50 céntimos, y de uno, cinco y 10 euros. Con la nueva moneda se va a poder comprar en tiendas, sector servicios, hostelería y empresas. El Valle de Ayala es pionero en esta iniciativa que se presenta hoy al tejido empresarial de la comarca y que se extenderá, en un futuro, a toda la provincia.

Cambios

Adiós al bar de la estación

En otro orden de cosas, Manuel Domínguez y Asunción Jiménez andan estos días despidiéndose de sus clientes del bar de la estación de tren, ubicada en la calle Dionisio Aldama de Amurrio. Y es que, tras 25 años al frente de la barra, el próximo jueves echarán el cerrojo a un negocio en el que han dejado media vida, con sustos en forma de robos incluido; pero que también les ha permitido ganársela y sacar adelante la familia. "Nos da mucha pena, pero no hay vuelta atrás. A pesar de todo lo que hemos invertido en reformas, no nos interesa luchar por algo que ya teníamos asegurado", explica a este diario Manolo (apelativo con el que todo el pueblo conoce al barman de la estación amurrioarra), en referencia a la subasta pública que abrirá Renfe para adjudicar el servicio, en base a su nueva normativa.

Y es que la familia Domínguez-Jiménez tuvo noticia de que no se les iba a aplicar la renovación anual del contrato, "cuando llamamos el pasado miércoles interesándonos por el mismo y nos comunicaron que, una vez finalizado, lo iban a sacar a concurso, tal y como están haciendo con los establecimientos hosteleros de su propiedad en el resto de estaciones", aseguran.

El varapalo fue inmediato pero, tras meditarlo, han decidido no continuar regentando un bar, que también funcionaba como punto de venta de prensa "desde que abrimos las puertas en 1988", subrayan. De hecho, tener el permiso necesario para vender periódicos y revistas fue lo que les ayudó a conseguir, en julio de 2011, la gestión del kiosco ubicado en las inmediaciones de la zona peatonal de la calle Larrinaga, que sacó a concurso el Ayuntamiento de Amurrio tras jubilarse su anterior gestora, Josune Albizua. "Y menos mal, porque sino igual hubiéramos tenido que tragar y pujar", sentencia Manolo.

El del bar de la estación no es el único servicio que ha bajado la persiana este año en Amurrio. Y es que la Cooperativa Arabaesnea también ha decidido poner fuera de servicio las máquinas expendedoras de leche fresca que tenía en el Valle de Ayala tras dos años en funcionamiento. Lo han hecho por falta de rentabilidad, ya que la caída de las ventas experimentada desde febrero a junio hacía inviable asumir los costes de elaboración y transporte del producto, así como el mantenimiento de las máquinas que tenían instaladas en la calle Araba de Amurrio y en la Plaza de Abastos del vecino Llodio. No obstante, el proyecto sigue en activo en otras localidades de la provincia tales como la propia capital, Agurain y Murgia, donde el usuario tiene la posibilidad de consumir leche entera fresca, del día, sin conservantes ni añadidos, con una caducidad de cinco días, y al precio de un euro por litro.

Arabaesnea surgió en enero de 2009, cuando diversos ganaderos -cansados de las exigencias de las grandes marcas de leche- decidieron arriesgarse apostando por eliminar intermediarios y haciendo llegar al público de forma directa su producto. La producción se concentra en la explotación Artatxia, con sede en Marinda (localidad de Kuartango), que dispone de más de 140 cabezas de vacas Holstein (la comúnmente llamada vaca holandesa) que producen unos 4.000 litros de leche al día.