Agurain tiene garantizado el relevo generacional para los próximos años. Así lo demostraron las decenas de pequeños blusas que salieron ayer a la calle dispuestos a disfrutar de los actos festivos que, en la villa de la Llanada, poco a poco llegan a su fin. Desde primeras horas de la jornada, la plaza de Santa María se convirtió en un parque de atracciones donde los pequeños pudieron saltar en el castillo hinchable, rodar a toda velocidad con el flotador con ruedas o zambullirse en una gran piscina de espuma.
Los proyectos de blusas y neskas se lo pasaron en grande brincando bajo la atenta mirada de padres, madres y abuelos que, cámara en mano, trataban de inmortalizar los saltos de los más pequeños. Junto al castillo hinchable un grupo de chavales hacía cola para poder montarse en uno de los seis curiosos artilugios rodantes. "Parece un flotador gigante", comentaba Mikel junto a su amigo Jon. Dos minutos de choques, carreras y algún que otro susto para los más pequeños. "Ya nos toca. Te vas a enterar", retaba Jon a su amigo.
Alrededor de las 12.10 horas, la música de los altavoces cesó. Era el momento elegido por el Consistorio de la localidad para dar la bienvenida a todos los pequeños nacidos en el último año. Uno a uno fueron desfilando por el escenario de Santa María. Unos, vestidos de caseros, otras de neskas, otros plácidamente dormidos. Ninguno de ellos lloraba. En total, 72 bebés nacidos desde octubre pasado hasta el momento, aunque al acto acudieron aproximadamente la mitad. Los alumnos de las ikastolas Lope de Larrea y Lautada fueron los encargados de colocar el pañuelo festivo de cuadros al cuello de los txikis con la inscripción en verde de zorionak. Al término del acto, la entrada de la txaranga de Los Postas revolucionó al público más menudo que comenzó a bailar a ritmo de trompetas y bombos.
Tres cuartos de hora más tarde sobre el horario previsto el Portal del Rey congregó a un buen número de curiosos. Había que arrastrar un tractor de 1.500 kilogramos por decenas de metros en cuesta. La prueba, más propia de un reto televisivo, fue una de las actividades con las que Agurain apuraba su segundo fin de semana de las fiestas en honor a la Virgen del Rosario. Las cuadrillas participantes en la hazaña demostraron la buena forma de los mozos y mozas de la villa y eso a pesar de llevar varios días de diversión en sus piernas.
Este año fueron pocos los que aceptaron el desafío de cubrir la distancia desde el Portal del Rey hasta el kiosco de la plaza de Santa María atados como si de una yunta se tratara. "No van a poder" se compadecía una mujer al percibir el tremendo esfuerzo que suponía a las jóvenes participantes, mientras una cuadrilla de hombres vociferaba "¡eso si que son bueyes!" al paso de los chavales por su lado.
Cuando el sol comenzaba a pegar con fuerza los aguraindarras no se amilanaron y se echaron en masa a la calle. La mayor parte de las cuadrillas se reunieron para comer, las familias recibían a sus familiares... Hasta los propios ancianos de la residencia tuvieron la oportunidad de disfrutar de la fiesta con la presencia de las cuadrillas y sus txarangas.
Ya por la tarde el deporte se convirtió en el protagonista indiscutible de la fiesta. Así la bolera municipal fue escenario del XIV Campeonato de bolos, categoría féminas, adultos e infantil. El concierto de Arramazka y Kaotiko o el DJ Txumasketa pusieron la nota musical a la jornada.