Vecinos de Ariznabarra lamentan el retraso del Ayuntamiento al explicar las 'zonas 30'
La asociación critica que primero se activara el cambio y, después, la campaña informativaLa calle Castillo de Quejana, situada en el barrio, fue una de las primeras en estrenar este tipo de circulación en Vitoria
Vitoria. "A lo mejor el Ayuntamiento tenía que haber hecho la campaña para informar sobre las zonas 30 y, después, poner lo que quisiera. Las señales, los pivotes, o lo que sea. Pero primero explicar y proteger y, después, implantar. Han empezado la casa por el tejado".
La portavoz de la asociación de vecinos de Ariznabarra-Prado, Ana Osaba, resume de esta forma la confusión del barrio en torno al nuevo bidegorri de la calle Castillo de Quejana, que une esta parte de Vitoria con Zabalgana y que se ha convertido en una de las primeras zonas 30 de la ciudad. Ese estreno ha generado problemas. Entre otras cuestiones porque los vecinos lamentan que primero se hayan activado los cambios en la calzada y, sólo después, llegaran las debidas explicaciones sobre cómo funcionan.
Esta vía cuenta en la actualidad con un carril de Ariznabarra hacia Zabalgana que deben compartir coches y bicicletas, junto a un bidegorri marcado con líneas discontinuas que discurre en sentido contrario. A ambos lados de la carretera, además, hay líneas para estacionar. Al principio, sólo con las señales pintadas sobre el asfalto, los coches y los ciclistas no sabían transitar por este punto: había debate sobre si podían cruzarse las líneas discontinuas o no -puede hacerse, en caso de que no se acerque un vehículo (en este caso una bici) en sentido contrario- y, en definitiva, los ciudadanos temían que esta confusión pudiera traducirse en accidentes. Porque los coches cruzaban el bidegorri en sentido contrario para aparcar, pero también para reincorporarse a la circulación.
Ante las quejas de vecinos y ciclistas por su peligrosidad y confusión, el Ayuntamiento primero anunció que mejoraría la señalización en este punto, como estaba incluida en el proyecto del nuevo bidegorri, pero también se dio un paso más: la asociación de ciclistas urbanos Bizikleteroak propuso que se colocara una hilera de pivotes que separara el carril de convivencia bici/coche del bidegorri en sentido contrario. Se trataba de crear un efecto túnel, que disuadiera a los conductores de adelantar a las bicicletas, pero no les impidiera acceder a los aparcamientos. Se trata de una medida en principio limitada a este punto y temporal, hasta que los ciudadanos se acostumbren a las zonas 30, un proceso que el Ayuntamiento ha activado esta misma semana al empezar a buzonear un folleto explicativo sobre estas nuevas vías con velocidad más limitada.
Desde Ariznabarra, mientras, tienen la sensación de que la medida llega tarde. O, al menos, no en el orden adecuado. La asociación vecinal valora de forma positiva la instalación de los pivotes, pero cree que antes de instalarse cualquier cambio en esta arteria, debería haberse informado a los ciudadanos: "Primero debería explicarse, después proteger a los usuarios, y luego implantar las novedades".
La asociación sigue preocupada por que los coches, en uno de los lados de la vía, se sumen al tráfico saliendo a un bidegorri, algo que no cambia con los nuevos pivotes, más dirigidos a evitar adelantamientos. No obstante, Osaba reconoce que, desde que se han instalado los nuevos sistemas de protección, no se han recibido nuevas quejas. Es un paso adelante, porque la asociación ya pidió -el pasado 29 de noviembre- ayuda a los grupos municipales para que aumentaran la protección en esta zona tras registrarse un encontronazo entre un coche y un ciclista.
Osaba entiende que, con el tiempo, la ciudad se habituará a que la calzada es un espacio que "debe ser compartido" por ciclistas y coches: "Imagino que todos nos acostumbraremos a tener más cuidado al utilizar estas zonas". Pero, hasta entonces, Ariznabarra ya ha puesto a prueba este cambio de mentalidad. Y ha tenido que contar con una ayuda extra en forma de pivotes para acostumbrarse a este nuevo sistema de circulación. Está por ver si otras zonas de Vitoria necesitan una actuación similar.