vitoria. Ni formó parte de la toma de decisiones ni cree que esas decisiones fueran incorrectas. El alcalde de Vitoria, el popular Javier Maroto, respaldó ayer el funcionamiento de la sociedad urbanística municipal Ensanche 21. Eso sí, tras comparecer en comisión municipal a cuenta del sobrecostes de 9.000 euros en unas VPO de Arkaiate y de la compra de unos terrenos rústicos en el Alto de las Neveras, finalizó su intervención mostrando su preocupación por las críticas de PNV y Bildu al responsable de Ensanche 21, Alfredo Piris, todo un referente de la vida municipal con los alcaldes Cuerda, Alonso, Lazcoz y ahora Maroto. Sus palabras fueron que esta desconfianza es "un problema grave que debe resolverse". No precisó cómo. Pero fuentes municipales descartaron que se haya previsto un cese.
Este asunto colea desde el pasado 4 de diciembre, cuando Bildu pidió el cese de Piris tras la polémica por el sobrecoste de las VPO de Arkaiate. PP, PNV y PSE lo descartaron, pero los jeltzales mantuvieron su petición de comparecencia del propio alcalde, para intentar aclarar varias de las operaciones de Ensanche 21. De ahí que el portavoz nacionalista, Gorka Urtaran, hablara de ayer como "una de las comparecencias más importantes de la legislatura".
Urtaran volvió a poner sobre la mesa dos temas. El primero, la polémica por el sobrecoste de unas promociones de VPO en Arkaiate de tres firmas: Sarkis-Lagunketa, Montenegro y Majuelo-Garay. El portavoz del PNV mostró sus dudas sobre el proceso que podía haber permitido que estas compañías aplicaran unos precios, los de 2008, más elevados por metro cuadrado que los de 2007. Y esa diferencia encarecía las viviendas en 9.000 euros por familia.
El segundo tema fue la compra, en 2006, de alrededor de 446.000 metros cuadrados entre una sociedad municipal -Cosubapre, creada en 2005- y dos inmobiliarias -Edurkin y Berriaga-, con un "promotor privado actuando como apoderado del Ayuntamiento". El problema es que, según el PNV, estos terrenos de suelo rústico debían haberse pagado a 1,48 euros por metro cuadrado, pero se hizo a 43,5. Al final, se abonó al propietario unos 19,4 millones, y sin que los consejeros conocieran todos los detalles. De ahí que Urtaran hablara de "uno de los mayores pelotazos urbanísticos de la ciudad. Y no se ha consumado porque explotó la burbuja inmobiliaria". Es decir, que sigue siendo suelo rústico.
Maroto se defendió de ambas acusaciones de la misma forma: en primer lugar, recordando que él no era el alcalde cuando se avanzaron estos procesos. Y, en segundo, defendiendo que esas dos operaciones se tomaron siempre con el visto bueno del Consejo de Ensanche 21, donde había representados una diversidad de partidos -incluido el PNV, subrayó-, y que nunca ha habido en Vitoria "connivencias" para realizar estas gestiones ni "cacicadas".
Sobre el sobrecoste de las VPO, el alcalde aseguró que dos de los casos se han resuelto con la devolución del dinero a los propietarios, mientras que el tercero, Lagunketa, sí podía fijar el precio de 2008 porque pagó según esos mismos baremos al Ayuntamiento. Para ello cuenta con un informe firmado por Martín Gartziandia, entonces letrado mayor y ahora Síndico. Sobre la operación del Alto de las Neveras, mientras, se mostró confiado en que se pagó el precio adecuado por "unos terrenos de oportunidad", en una zona de previsible crecimiento de la ciudad.
la respuesta de la oposición Los grupos de la oposición lamentaron, en conjunto, que Maroto echara balones fuera sobre estas polémicas. Incluido el PSE, que defendió las gestiones realizadas pero criticó que el alcalde se excusara, en palabras del concejal Juan Carlos Alonso, diciendo "yo no estaba". Bildu y PNV, mientras, fueron mucho más duros. El portavoz de la coalición, Kike Fernández de Pinedo, exigió la creación de una comisión de investigación, la disolución de Ensanche 21 para que sus funciones pasen al área de Urbanismo, y el cese "cautelar" de Piris. Los jeltzales, por su parte, se mostraron sorprendidos de que socialistas y populares vieran lo ocurrido en estos casos de Ensanche 21 "como algo normal".
La llamada comparecencia de la legislatura acabó con unas declaraciones llamativas. Maroto, tras defender lo ocurrido en la sociedad municipal, se hizo eco de la desconfianza de PNV y Bildu y recalcó que debe solucionarse. La pregunta ahora es en qué medida piensa el primer edil para que casi media Corporación vuelva a ver un sentido en el funcionamiento de Ensanche 21.