Vitoria. Javier Maroto quiere que Vitoria tenga un Presupuesto el año que viene. Por eso, consciente de que no iba por la senda de lograr acuerdos, retiró hace dos días la mayor parte de su proyecto de ordenanzas fiscales, cediendo a la exigencia de la oposición de abordar un debate conjunto de ingresos y gastos que permite saber en qué se quiere gastar el dinero obtenido del esfuerzo de la ciudadanía antes de acordar cualquier planteamiento. Ahora, el PP insiste en iniciar conversaciones con todos los grupos, aunque se le nota demasiado que le tira uno: el PNV. Y este partido lo sabe, por lo que ayer dejó claras sus condiciones. Los nacionalistas negociarán las Cuentas sólo si se centran en dos prioridades: las políticas de bienestar social y de fomento del empleo.

"Nosotros no nos sentaremos alrededor de una mesa a intercambiar cromos. Sólo hablaremos de contenidos claros y de las verdaderas prioridades de la ciudadanía, ésas que el PP ha venido arrinconando", advirtió el portavoz del PNV, Gorka Urtaran. En este sentido, recalcó que su grupo tomará una decisión independientemente de lo que ocurra en otras instituciones, por mucho que el alcalde y sus concejales recurran a las declaraciones de Urkullu en favor de la estabilidad presupuestaria en todas las instituciones. "Nuestra voluntad de negociar las Cuentas es la que demostramos en febrero", dijo. Eso sí, el representante jeltzale tiene muy claro que, a diferencia de ejercicios pasados, el Presupuesto debe "evitar los proyectos partidistas y centrarse en políticas consensuadas por una amplia mayoría de la Corporación", amén de no cruzar líneas rojas que ya se traspasaron este año. "Tiene que ser un Presupuesto que se centre en políticas sociales, de igualdad, de solidaridad, que genere actividad económica y no destruya empleo público", insistió.

Confianza en Maroto, por ahora, no hay mucha. Su gesto de paralizar la propuesta de ordenanzas fiscales de 2013 "ha demostrado que nos estaba faltando a la verdad, pues se nos alegó que no se podía presentar el Presupuesto sin conocer la aportación económica del Gobierno Vasco". Los nacionalistas tienen tan clara su posición que en la comisión de hoy mantendrán sus enmiendas a los dictámenes que el primer edil ha decidido no dejar para el debate de gastos e ingresos -la tasa de basuras y el callejero, principalmente-. Una decisión que comparte el PSE.

Bildu, sin embargo, no enmendará nada. "Nosotros queremos hablar de fiscalidad, de progresividad". La coalición propone congelar las tasas, hacer lo mismo con los precios públicos -con un modelo que "garantiza la continuidad" de los cursos en los centros cívicos- y subir los impuestos el IPC (un 2,4%), pero aplicando nuevas bonificaciones para que pague más quien más tiene.

Es la visión "de izquierdas" de Bildu, que se mostró muy crítico con los últimos acontecimientos. "Maroto, una vez más, ha intentado hurtar el debate y ganar tiempo en la negociación que existe con el PNV, en un rito de apareamiento de la derecha, convirtiendo la política en un circo", reprochó el edil Antxon Belakortu.