Vitoria. Se nota que las elecciones autonómicas están a la vuelta de la esquina. Dos veces compareció ayer el alcalde a petición de los grupos de la oposición para aclarar la situación económica del Ayuntamiento y por qué se perdió la ayuda del Gobierno Vasco para poner en marcha un nuevo sistema de préstamo de bicicletas. Y en ambas ocasiones, las preguntas del orden del día se convirtieron en la perfecta excusa para definir posiciones y lanzar reproches, prometer mucho y criticar más. Al final, no quedó claro si hay o no dinero en las arcas locales, ni si acabará llegando una subvención que financie el servicio automatizado de bicis. Pero, eso sí, Javier Maroto echó mano de toda su capacidad de persuasión para convencer a los presentes de que, independientemente de la crisis y de la aparente parálisis de algunos proyectos, va a ejecutar cada una de las inversiones anunciadas.

"Todo lo que hemos suscrito en acuerdos políticos se va a llevar a cabo", ratificó. El plato fuerte de esos pactos es el plan de inversiones firmado con el PNV: 50,3 millones de euros destinados a cubrir las necesidades de Salburua y Zabalgana, los viejos barrios y la zona rural. Un paquete de medidas que, según subrayó el alcalde, ya está en marcha. Como prueba, aprovechó para anunciar dos novedades. Por un lado, la inauguración de la pasarela de Ali el próximo día 26. Y, por otro, la apertura ayer mismo del plazo para que los vecinos de los distritos más antiguos puedan solicitar ayudas para la rehabilitación de sus viviendas. Asimismo, Maroto recordó que las obras de la haurreskola de Mariturri empezarán en enero, que la pasarela de Reina Sofía ya está adjudicada, que Tuvisa ha llegado a Larrein y Arkayate y que si la construcción de los nuevos centros cívicos está sufriendo retrasos es porque prefiere rehacer los pliegos de los concursos aprovechando las brutales bajadas que están presentando las empresas que se presentan para poder ahorrar.

El Casco Viejo, otro de los pilares del capítulo de inversiones, también "continúa siendo prioritario" para el equipo de gobierno. Como gesto de buena voluntad, Maroto aseguró que está dispuesto a destinar más dinero a la rehabilitación del colegio Ramón Bajo, como había solicitado el grupo municipal Bildu tras comprobar que la reprogramación de los fondos Urban presentada por el PP no había tenido en cuenta las carencias del centro educativo. Además, el primer edil subrayó su interés por impulsar un sistema de participación vecinal, tras una legislatura en la que los residentes "sintieron que el Ayuntamiento actuaba a sus espaldas", y se reafirmó en el compromiso adquirido con la coalición abertzale de poner en marcha el Gasteiz Antzokia. "Cuando el proyecto esté mínimamente maduro lo contaremos", prometió el alcalde.

Hay formaciones, sin embargo, que dudan de la gestión de Maroto, aunque por distintos motivos. El PSE insistió en que las inversiones "están paralizadas" a pesar de que "sí que hay dinero". "Las existencias totales del Ayuntamiento a junio de 2011 era de 21,7 millones de euros", sostuvo el portavoz socialista, Patxi Lazcoz, ante los aspavientos del alcalde. Siempre que puede, Maroto no duda en recordar "el agujero" dejado por los socialistas. Y ayer volvió a hacerlo visiblemente exaltado, incapaz de aceptar una sola crítica de su predecesor. "Usted mismo se pone en evidencia, porque me acusa de retrasar los centros cívicos cuando usted los tuvo presupuestados cuatro años y no hizo nada. Y usted dejó un boquete de 25 millones de euros, aunque siga tratando de confundir", le espetó, subiendo el tono.

Bildu, por su parte, advirtió de que Ensanche 21, la sociedad municipal de la que el Consistorio toma dinero para poder gastar en proyectos de ciudad, se está quedando vacía, por lo que cuestionó que el equipo de gobierno pueda cumplir con sus compromisos en los próximos años. "¡No hay dinero en Ensanche 21 y punto!", sentenció el concejal Antxon Belakortu.

recado al futuro lehendakari ¿Y qué hay de las bicis públicas? El alcalde dejó en manos del nuevo Gobierno Vasco el funcionamiento del tantas veces anunciado servicio de préstamo automatizado. Maroto aplaudió que exista "un consenso" en el Ayuntamiento para su puesta en marcha, pero recordó que es necesario obtener financiación. Descartada la posibilidad de conseguirla con el actual ejecutivo autonómico, espera que sea el próximo inquilino de Ajuria Enea quien la aporte. "Sí quiero este servicio y tengo confianza en conseguirlo. Pero también les digo que no puedo gastar seis millones de euros, que no tengo", explicó el primer edil, mirando muy a propósito a los concejales del PNV.

La previsión inicial era que el nuevo servicio de bicicletas públicas estuviera disponible para el verano, pero el equipo de gobierno tuvo que aparcarlo al no recibir la ayuda "prometida" del Gobierno Vasco. Desde el principio, Maroto consideró esta decisión como un castigo al Ayuntamiento por su postura contraria al fracking. Y el Ejecutivo autonómico, en su defensa, llegó a asegurar que el Consistorio había renunciado a una subvención. Precisamente por este motivo comparecía ayer el alcalde, quien quiso desmentir la acusación leyendo una carta interna en la que el el Gobierno Vasco recomendaba al Consistorio "renunciar a las ayudas del Ente Vasco de la Energía de 2011 y presentarse a la de 2012, de mayor cuantía, unos 450.000 euros", ya que ambas eran incompatibles. "El Ayuntamiento, así pues, no ha perdido ni ha renunciado a la financiación del EVE", zanjó el primer edil gasteiztarra.

Bildu insistió en que el gabinete Maroto se precipitó al no continuar con el viejo sistema de préstamo de bicis sin tener garantizada la financiación del nuevo, mientras que el PNV advirtió de que el servicio es demasiado costoso y conlleva unos elevadísimos gastos de esponsorización. Por eso, los nacionalistas plantearon buscar otras alternativas más rentables para recuperar la bicicleta pública.