Vitoria. Julio ha invitado al chapuzón, gracias a un sol generoso y unas temperaturas espectaculares. Ahora bien, los usuarios de Mendizorroza y Gamarra coinciden en que no sólo el buen clima explica el aumento en un 30% de las entradas a estos equipamientos municipales. La crisis, a su juicio, también ha contribuido. El galopante paro y los reincidentes expedientes de regulación de empleo dejan a muchos gasteiztarras sin opciones de disfrutar de sus vacaciones forzosas fuera de la ciudad. Y, por eso, no puede ser casualidad que por las mañanas se hayan detectado más visitas que en años pasados y más personas de entre 30 y 50 años esparcidas a lo largo del césped.

Los datos del Ayuntamiento avalan la percepción de los usuarios. Los abonos para entrar en las instalaciones deportivas municipales han aumentado en 1.500 de diciembre del año pasado a junio de éste. Respecto a los pases de verano de Gamarra, en 2011 hubo 4.339, sólo 900 más que los tramitados durante junio -última cifra actualizada-, así que el Consistorio está seguro de que la temporada estival acabará con un número aún mayor.

Susana es una de las usuarias incondicionales de Mendizorroza. Ella, por ahora, no teme perder su puesto de administrativa. "Pero sí que tengo amigas que se han quedado en el paro y aprovechan que son socias para venir cuando no están echando currículos. Y yo creo que como a ellas les pasa a más personas, porque veo caras nuevas que no veía antes", sostiene esta joven. Uno de esos rostros es el de Xabier. Este año no trabajará de camarero durante los meses estivales. "No sabía lo que era tener tiempo libre", recuerda, "y ahora lo tengo todo entero". Una mala noticia que intenta digerir en la piscina. Se lleva cada día un bocadillo y, entre largos, lectura y música, disfruta de su plan low-cost.

En la familia Ruiz también se percibe la preocupación propia de la crisis. Hay días que el padre, autónomo, pasa las horas de brazos cruzados. "El comienzo de año ha sido malo y ahora mismo no hay trabajo". Así que este año ha visitado Mendizorroza más veces que "en casi toda mi vida". Y lo que le queda. A no ser que finalmente consigan que su hermano les ceda el apartamento de la playa en las fechas que libra la esposa -complicado-, no habrá vacaciones fuera de Vitoria. Es ahora mismo la tónica de demasiada gente. Hay en Gasteiz ya casi 21.000 personas en el paro, amén de quienes, como Antonio, han visto reducidos sus ingresos habituales de forma drástica.

En los accesos a Mendizorroza, los trabajadores constatan esta realidad. Y los estudiantes que aprovechan sus vacaciones para disfrutar de la piscina y broncearse, también. Esther asegura con convicción que en el mes de julio ha habido "algo más de gente que supuestamente debería estar trabajando". Y no le extraña. Sus padres, por ejemplo, han rechazado ir a una boda "porque no pueden permitirse ahora mismo ciertos lujos". De hecho, llegaron a pensar en no renovar el carné de socios de la red de centros cívicos y equipamientos deportivos. "Pero menos mal que al final les convencí, porque ha hecho un tiempo tan bueno que lo estoy aprovechando un montón", explica esta joven universitaria.

Ahora que arranca agosto, y que parece que a partir de la próxima semana volverá a escalar el mercurio, los usuarios se preguntan si quizá por primera vez se quedará algo pequeña la red de instalaciones municipales de la ciudad. A lo largo de este mes sólo abren los servicios básicos de los centros cívicos de Aldabe y El Pilar, así como del polideportivo de San Andrés. "Pero este verano que todavía hay más parados y gente con ERE, seguro que no estaría de más abrir algún otro centro cívico", opina Xabier. Es cuestión de días que asome, o no, la necesidad.