Vitoria. "En Lakua no hay ese movimiento de rechazo a la estación como el que existía en Arriaga". El alcalde de Vitoria, el popular Javier Maroto, se mostró confiado el 11 de octubre de 2011 en que su proyecto para ubicar la nueva terminal de autobuses en la plaza de Euskaltzaindia saldría adelante. Ahora se pondrá a prueba ese respaldo.

La consulta popular sobre el emplazamiento de la infraestructura sigue adelante. La iniciativa, promovida por Bildu y apoyada por el PSE y -en parte- por el PNV, permitirá que la ciudadanía elija entre ubicar la infraestructura en Euskaltzaindia o en Arriaga. La previsión es que esta pregunta se formule a mediados de julio, y están invitados a dar su respuesta los mayores de 18 años empadronados en Gasteiz. La idea es que el 20% lo hagan para que el resultado resulte vinculante.

La pregunta planteada por Bildu será "¿dónde debe construirse la nueva estación de autobuses? Parque de Arriaga o Plaza de Euskaltzaindia". Una elección aparentemente sencilla pero tras la que se esconden dos movimientos ciudadanos en contra y unas posiciones muy diferenciadas en la Casa Consistorial. Hubiera sido significativo que la iniciativa encabezada por Bildu prosperara por unanimidad -una opción posible, porque la oposición estaba de acuerdo en convocarla, y el PP afirmó que no la impediría-, pero el resultado evidencia la tensión que se palpó en el Pleno extraordinario celebrado ayer en Vitoria. Bildu y PSE votaron a favor, el PNV dividió sus votos entre dos síes y cuatro abstenciones contrariado con los métodos de la coalición abertzale, y el PP se posicionó en contra.

Un lío que arrancó en la Junta de Portavoces, donde se debatía si debía celebrarse un Pleno extraordinario para tramitar la consulta. Para convocarlo, Bildu -que propuso la iniciativa, con sus términos- contó con el apoyo de un edil del PP, que por cierto era la única formación contraria a la medida. El acuerdo entre ambos permitía acelerar los trámites porque, según defendió el portavoz de Bildu, Kike Fernández de Pinedo, ahora resulta un tema candente, agosto es inhábil y luego se pueden echar encima las elecciones autonómicas. El gabinete Maroto, convencido de que Euskaltzaindia seguirá adelante a pesar de todo, según apuntó el edil de Urbanismo, Miguel Garnica, le apoyó para no retrasar las obras.

La sesión, celebrada a partir de las 12.00 horas, se alargó apenas 60 minutos, pero hubo tiempo para cruces de reproches entre casi todos los grupos municipales. Bildu volvió a considerar la medida "un hito", al ser la primera consulta convocada sobre un proyecto estratégico, pero el portavoz del PNV, Gorka Urtaran, le acusó de haber seguido adelante con la iniciativa a regañadientes, sin aceptar la tercera propuesta que proponían los jeltzales -unir la estación de bus a la de tren- y propiciando un enfrentamiento entre vecinos.

El PSE cargó sobre todo contra Maroto, a quien el portavoz socialista, Patxi Lazcoz, recordó una y otra vez que durante la pasada legislatura finalmente apoyó crear la estación en el parking de Arriaga. Y, por último, el alcalde garantizó que la factura de esta consulta, "no les quepa duda", se lo pasará a los concejales, para que así no tenga coste para la ciudadanía. Con todo, nadie pareció salir satisfecho de una sesión que tanto podría merecer el calificativo de histórica como de ser el cuento de nunca acabar. Continuará.