Tienen agua potable, pero cuando hay tormenta baja turbia, con barro, imposible de beber en las casas más bajas del pueblo, debido a su suciedad. Los vecinos de Aberasturi llevan ocho años padeciendo esta situación, por culpa de 4,5 kilómetros de tubería deteriorada, obstruida por la cal, las riadas y los 30 años de antigüedad. La situación empeora de cara al verano, con las tormentas de primavera y los deshielos. Y más este año, con la sequía que hay. "Ahora no nos falta..., pero no sabemos lo que va a pasar", responde con preocupación el presidente de la junta administrativa, Vicente Martínez de Lagos.

Las ochenta tomas de agua se surten de una captación que baja del monte por el cauce del río hasta una entrada de piedra, estropeada por el paso de los años, que enlaza con la vieja tubería. Pero Aberasturi no tiene dinero para costear los 250.000 euros que supondría acometer una nueva captación, por eso quiere conectarse a la red municipal de aguas de Amvisa, como cualquier ciudadano de Vitoria, una obra que el Ayuntamiento les ha prometido para 2013. El invierno pasado, de forma provisional, les llevaron agua a través del ramal de Andollu. Pero en mayo se acaba el suministro porque la red es pequeña, llega el verano, baja la presión y no hay suficiente para todos. "¡Ah!, pero el Ayuntamiento nos tendrá que servir como sea".

La solución planteada por los técnicos pasa por engancharse a la red de Vitoria desde Puente Alto, por el bidegorri que discurre por Otazu, Gámiz, Ullibarri de los Olleros, Aberasturi, y sigue hacia Andollu, Villafranca, Argandoña y Estibaliz. Una obra de dos millones de euros, aproximadamente. "Intentaremos limpiar la tubería y arreglar el encauzamiento del manantial para salir del paso, pero la situación es pésima", reconoce Martínez de Lagos. "Pagamos un dineral (1,30 euros/metro cúbico) y tenemos agua de mala calidad, lo que significa que estamos tirando el dinero; por nosotros, mañana mismo lo dejaríamos todo en manos de Amvisa".

Hay otros tres pueblos en Vitoria que no dependen de la red de Vitoria para su abastecimiento de agua. Tienen sus propios manantiales y consorcios para autogestionarse, pero su situación es diferente; la calidad de su agua es buena, no sufren los problemas de Aberasturi. Del sondeo de Arbina se nutren los cerca de ochenta contadores dados de alta en los Huetos. Ellos pagan el mantenimiento del sistema y a la empresa que realiza las analíticas y revisa el nivel de cloro para comprobar que la calidad del agua es buena. "Tampoco están creciendo tanto los pueblos como para que nos falte y, además, pagamos lo mínimo (0,38 euros/metro cúbico)", explica la regidora de Hueto Arriba, Enma Muro.

Tampoco en Oreitia echan en falta estar conectados a la red de Amvisa. Sus treinta viviendas están adscritas al consorcio de Elgea, del que también se abastecen otras localidades de la Llanada, como Dulantzi o Elburgo. "Algún año ha habido restricciones, pero no para el consumo ordinario, así que se hizo otro sondeo en Cicujano para captar más agua porque la población de Dulantzi ha crecido mucho en los últimos años", detalla el presidente de la junta administrativa, Josean Haro. "Sabemos que Amvisa se encarga también del saneamiento y mantenimiento, pero sale más caro; ahora mismo no nos interesa", apunta, consciente de que la de Aberasturi es otra situación.

Y es que el servicio de abastecimiento de la zona rural de Gasteiz es, cuanto menos, variopinto. Aberasturi comparte manantial con Argandoña y Andollu, pero a estos dos sí llega la red de Amvisa, al primero, no. Tampoco a Hueto Arriba y Hueto Abajo, que usan la misma fuente. Ullibarri de los Olleros no está conectado, por ejemplo, pero ha cedido su manantial a Amvisa, que se encarga de toda la gestión, aunque no sea agua de Vitoria. Una situación que se repite en Artaza, Mandojana, Legarda y Gereña. Y a Monasterioguren y Mendiola llega la red municipal, a pesar de que tienen su propio manantial.