Vitoria. La vara de mando del gabinete de Javier Maroto tiene forma de tijera. Los recortes para reducir el déficit de las arcas municipales han afectado a diversas partidas presupuestarias, han llegado a la masa salarial de la plantilla del Ayuntamiento y ahora miran hacia la costosa red de sociedades municipales. El alcalde apuesta por reestructurar la, ya que considera que algunas de las empresas públicas están sobredimensionadas en sueldos y recursos humanos. Entre ellas, la Agencia de Revitalización Integral de la Ciudad Histórica (Arich). Una visión que preocupa al gerente de esta sociedad, Gonzalo Arroita. "Tocar lo que funciona es un error. En todo caso, la reestructuración debería de ser para darle aún más fuerza", opina.
A unas semanas de su despedida, Arroita no duda en defender y destacar la labor desarrollada desde el año 2007. Según explica en declaraciones a este periódico, la Arich ha conseguido convertir el Casco Viejo "en uno de los grandes recursos de la ciudad, mediante el impulso al turismo, la generación de un enorme movimiento comercial y el desarrollo de proyectos de gran relevancia como el centro de investigación Zain". Además, añade el líder de la revitalización de la almendra medieval, esta línea de actuación ha ido acompañada de "una mejora de la calidad de vida de los vecinos y la vuelta de los vitorianos a la colina".
Para ejecutar su trabajo, la Arich se ha servido de las arcas del Consistorio, pero también ha logrado 50 millones de euros de financiación extramunicipal, a través de ayudas de las instituciones vascas, el Gobierno central y de la UE. "La rentabilidad de esta sociedad es extraordinaria", subraya Arroita. Por eso, considera que "en época de crisis lo que hay que hacer no es recortarla, sino reimpulsarla". Un ejercicio que, al mismo tiempo, debe ir acompañado de consenso, "como ha sucedido desde la puesta en marcha" de la estrategia de revitalización de la colina.
Arroita resalta que "casi todos los proyectos" han salido adelante por unanimidad y que, tras las elecciones municipales, el acuerdo ha seguido siendo la tónica habitual. Existía cierta preocupación al respecto, debido a la llegada de Bildu al Ayuntamiento con sus seis concejales. Pero la duda se disipó rápidamente. "Se ha seguido aprobando la mayoría de temas con el voto a favor de todos los grupos", agradece el gerente de la Arich. No obstante, para que permanezca ese clima, él considera fundamental que su salida vaya acompañada de la asignación de un nuevo gerente con un perfil que anime al consenso. Ahora bien, pese a que el Consejo del 29 de noviembre será el último para Arroita, aún el alcalde no ha encontrado sustituto.
En su última rueda de prensa, el primer edil reconoció que todavía no hay relevo. Y anteriormente, cuando anunció su intención de reestructurar las sociedades públicas, Maroto admitió que barajaba no nombrar un nuevo gerente cuando se marche Arroita. Asimismo, citó la Arich como uno de los casos de sociedades públicas a revisar, por tener más jefes que empleados y altas nóminas.