Vitoria. El cronómetro acelera en El Campillo. Hoy, la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica presentará a todos los grupos municipales el estudio definitivo para equipar la cima de la colina gasteiztarra con un equipamiento sociocultural. Tras varias propuestas de transformación realizadas en épocas pasadas que jamás saltaron del papel, por fin Vitoria dispone de un diseño que ha tenido en cuenta tanto a los distintos colectivos del barrio como los factores que pueden incidir en la ordenación integral del espacio. El resultado es un edificio multifuncional que permitirá abordar las obras en menos tiempo y minimizando la afección para los vecinos del Casco.
Según los detalles que ya han trascendido, el nuevo proyecto aprovecha el volumen actual para construir un equipamiento con algo menos de altura que el anteriormente proyectado y que, al mismo tiempo, requiere una excavación no tan profunda. Esto explica el menor tiempo de duración de las obras, que se pondrán en marcha este mismo año para no perder la partida aportada por el Gobierno Vasco, dentro del paquete de 40 millones de euros que aprobó.
Definidas las pautas básicas, el nuevo diseño dibuja de puertas afuera un edificio con fachadas más transparentes para que los ciudadanos puedan contemplar la actividad que se desarrollará dentro del equipamiento y, por tanto, potenciar la interacción entre éste y la calle. Ya en el interior, el inmueble acogerá un salón de actos con aforo para 200 personas, un frontón que funcionará de la mano del futuro centro integral de la pelota vasca que abrirá en el palacio de los Guevara, varias canchas polideportivas para uso y disfrute de los alumnos del colegio del Casco Viejo y del resto de ciudadanos, y un rocódromo de última generación.
"Nos hemos esforzado por lograr una coordinación máxima entre las demandas de las familias del Ramón Bajo, la federación de pelota, los comerciantes, los escaladores...", explicó ayer el gerente de la Agencia de Revitalización de la Ciudad Histórica, Gonzalo Arroita, quien recalcó que el nuevo diseño permitirá, además de reducir el tiempo de duración de las obras y la afección al barrio, recortar el presupuesto destinado al inmueble. Triple beneficio para un proyecto muy esperado.