VITORIA. Álava necesita un nuevo sistema de transporte para conectar los pueblos con Vitoria y para unir las comarcas entre sí. Los hábitos del siglo XXI han hecho insostenible el modelo nacido en la década de los cincuenta, cuando la demanda "era menos exigente" y estaba vinculada "al cabeza de familia". El máximo responsable de la revolución que se cuece desde el año 2008 en el Departamento de Transportes de la Diputación. Luis Zarrabeitia, empezó su intervención en la mesa redonda echando la vista atrás para poder describir las carencias actuales y explicar la estrategia que tratará de convertir el coche en un bicho raro.

En la actualidad, muchas familias alavesas acuden al menos una vez al día a Vitoria por motivos laborales o de estudio y, como el tiempo es oro, necesitan hacerlo de la forma más rápida. Por eso recurren al vehículo privado, la única opción de calidad para ellos, así como para quienes necesitan moverse entre localidades. "La movilidad intercomarcal registra una demanda muy grande. Está vinculada a servicios básicos, como la educación, la sanidad o la administración, y se ha incrementado con la implantación de polígonos que no existían en los 50", explicó Zarrabeitia, quien también aludió a una necesidad de género, "esas amas de casa que no disponen de carné o vehículo propio, y necesitan ir a la farmacia en la cabecera de su comarca".

Ante este panorama, el Plan Director de Transportes plantea tres líneas de actuación: rediseñar las líneas regulares, de tal forma que el 70% de la población pueda llegar a su destino en menos de cuarenta minutos; incorporar vehículos más pequeños o taxis para atender esos trayectos entre localidades que no sería lógico cubrir con autobuses al uso, como sucede en los concejos de Vitoria, y establecer intercambiadores para que el vecino que llegue a Gasteiz tenga opción de apearse lo más pronto posible en un punto que disponga de urbano o tranvía.

"Tenemos que ser como Coca-Cola: contar con un buen producto y hacer una buena campaña de marketing, una invitación en positivo por encima de medidas coercitivas". Ese momento llegará a partir de 2013, con la puesta en práctica del Plan Director bajo la supervisión de un observatorio siempre pendiente de las necesidades variables de la ciudadanía. "Será un sistema vivo", subrayó Zarrabeitia.