vitoria. Cuando la Dirección General de Tráfico va, Vitoria ya ha vuelto. Es la sensación que acompaña al Ayuntamiento gasteiztarra desde que la DGT anunció su intención de limitar la velocidad de los vehículos a 30 kilómetros por hora en todas las calles de un solo carril y de un único sentido de las ciudades españolas para reducir los atropellos. "Si finalmente se realiza la modificación del reglamento de circulación y esta medida se convierte en una obligación, la aplicaremos, pero si es una recomendación no la ejecutaremos. Nuestra hoja de ruta es el Plan de Movilidad Sostenible, que está muy por encima de esta propuesta en todos los sentidos", sostiene el concejal de Tráfico, Joaquín Esteban.
La iniciativa de la DGT, que ha sido consensuada con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para su posterior paso por el Congreso, contaminaría tanto la esencia como los aspectos concretos de la hoja verde de Vitoria en caso de convertirse en norma. El Plan de Movilidad Sostenible no apuesta por crear las llamadas zonas 30 en todas aquellas vías que tengan un carril o una dirección, sino en devolver el espacio público al peatón a través de la creación progresiva de súper manzanas; esto es, zonas de la ciudad donde las arterias interiores pasan a ser de plataforma única, con aceras más anchas para disfrute de los viandantes, espacio para los ciclistas, menos plazas de parking para reducir el volumen de tráfico y una velocidad máxima de 20 kilómetros por hora.
Sobre esa base, Vitoria ya ha empezado a definir la súper manzana central, que estará delimitada por la plaza Bilbao, Francia, Paz, Ortiz de Zárate, Florida, Luis Heintz, Ramiro de Maeztu, Domingo Beltrán, Coronación y San Ignacio. "Por estas arterias se circulará a 50 kilómetros por hora y el interior será una zona 20", explica Esteban. De esta forma, se conformará una gran isla eminentemente peatonal de 86 hectáreas y más de 21.000 habitantes que, además, incluirá un novedoso centro logístico de distribución urbana (CDU), encargado de gestionar el reparto de mercancías con vehículos eléctricos para mitigar los problemas que suele ocasionar la carga y descarga.
"En definitiva, creamos calles de baja intensidad motorizada pero con un modelo progresivo, más ambicioso e integral", resume Esteban. Sus palabras reafirman las críticas que la medida de la DGT ha suscitado entre determinados expertos del sector, como Automovilistas Europeos Asociados, un colectivo que considera que haría falta hacer un análisis minucioso de la movilidad de las calles afectadas antes de establecer un límite de velocidad de 30 kilómetros por hora de golpe y con carácter general para la mayoría de una urbe. De lo contrario, esta organización cree que se generarían efectos contraproducentes en otras arterias y la ciudadanía percibiría un afán recaudatorio más que un interés por proteger a la población más vulnerable.
Además, dictados de la DGT aparte, la capital alavesa se ha adelantado en el empeño por calmar la circulación. Aunque no haya aún súper manzanas como tal, el Ayuntamiento ha dado pasos para limitar la circulación con éxito. En Magdalena, Sancho el Sabio, Ricardo Buesa, Flandes, Fray Francisco Cervantes y la cuadrilla de Salvatierra la velocidad máxima es de 30 kilómetros por hora, y también hay otros tramos en determinadas vías con esa limitación por la inminencia de pasos de peatones elevados. "Y la ciudadanía se ha acostumbrado con éxito", sostiene Esteban, quien confía en poder seguir adelante con el Plan de Movilidad Sostenible según lo acordado para que no se desbarate el cronograma municipal. "No es que no me guste la medida de Tráfico, pero sí espero que sólo sea una recomendación", insiste el concejal.