vitoria. Que la crisis está dejándose notar en el comercio de la ciudad, especialmente en el pequeño comercio, no es algo nuevo. Pero si al mal momento económico se unen otras decisiones que incrementan el aislamiento de uno de los principales nudos comerciales de la ciudad, entonces la cosa se ve de otra manera. Es lo que le está sucediendo a la calle Gorbea, que en los últimos meses ha asistido al fin de no pocos establecimientos que se han visto incapaces de mantenerse a flote. "En este momento hay más lonjas cerradas que nunca", asegura el presidente de la asociación de comerciantes, José Antonio Landeras.
Un año ha sido exactamente el tiempo que ha hecho falta para que empiecen a notarse las consecuencias de una medida que a juicio de los comerciantes ha sido fatal: el cambio de circulación de la plaza Lovaina. Aseguran que esta modificación ha provocado una espantada de vehículos de la calle Gorbea y de su entorno, por lo que se muestran muy críticos con el equipo de gobierno de Lazcoz. "El Ayuntamiento está por la labor de perjudicarnos, en su ánimo está dificultar la circulación", denuncia el portavoz de los establecimientos.
Ni tiendas ni bares comulgan tampoco con que hayan desaparecido las paradas de autobús de la calle, ni con los cambios que se han introducido en algunos accesos a la Avenida de Gasteiz. "El plan está ideado por intereses oscuros que benefician a grandes superficies. Éstas dedican más espacio al parking que a la venta, y nosotros al revés, ¿de verdad quieren así ayudarnos al pequeño comercio?", se pregunta.
La calle Gorbea ha sido siempre el segundo centro comercial de la ciudad. Su atractivo reside en los más de 120 establecimientos de todo tipo que ocupan sus aceras, desde peluquerías, ferreterías, tiendas de calzado, de moda o agencias de viaje. En general son negocios familiares, que han ido saltando de generación en generación, y que han tratado de hacer suyo como nadie aquel lema de renovarse o morir.
La modernización se ha llevado a cabo por dentro y también por fuera. De hecho, parte de la calle Gorbea acaba de entrar en el Plan Alhóndiga, a través de unas obras que le permitirán participar en un eje comercial urbano que parte desde la calle Prado y sigue por Sancho el Sabio. Sin embargo, disponer de una calle preciosa no es suficiente para reflotar una actividad, la comercial, que ahora mismo parece estar dormida.
En este sentido, la asociación de comerciantes denuncia el desinterés del Ayuntamiento gasteiztarra por programar actividades que lleven gente a la calle Gorbea y a zonas cercanas. "Cualquier cosa lúdica que organiza es para el centro", denuncia Landeras. Por ello, los propios establecimientos de la zona llevan años organizando por cuenta ajena distintas actividades que consigan atraer gente, como puede ser la tradicional Feria de Rebajas, que se celebrará dentro de varias semanas, o la campaña de primavera. "Las personas compran por impulso y es necesario que paseen por aquí y vean los escaparates", añade.