vitoria. La vivienda libre sigue a la espera de mejores tiempos en Vitoria. La crisis se ha cebado, sobre todo, con las promociones de nivel intermedio, los otrora habituales adosados de la periferia de la capital alavesa. Es en este entorno, en zonas como Mariturri o Salburua, donde se siguen apreciando casas a medio hacer, todo un símbolo de la actual situación económica. Comisiones Obreras advierte, sin embargo, de que el verdadero problema de la construcción es menos evidente y está en esos terrenos ya vendidos y que no registran actividad.

Al arrancar 2009, CCOO contabilizaba media decena de promociones paradas en Vitoria. La mayoría sigue igual. Una promoción bajo los edificios de colores de Mariturri lleva congelada ya dos años, otro proyecto de 60 viviendas en un edificio de tres alturas junto a las torres blancas continúa sin registrar novedad, un panorama similar al que se produce en dos promociones de chalés en Salburua. La novedad, no obstante, ha sido la reactivación de una promoción de ocho chalés en Zabalgana, que llevaban parados un año y en la actualidad afrontan sus últimos remates. La clave para la empresa, una conocida constructora gasteiztarra, era al menos vender tres de las ocho casas, para así cubrir, cuando menos, los costes de fabricación.

El responsable de la Federación de la Construcción de CCOO en Álava, Juan Luis España, explica que dejar una promoción a medio terminar se ha convertido en un método más habitual de lo que parece, puesto que reduce el coste de no avanzar en la misma. Hasta hace dos años, las empresas trabajaban sobre plano, recurriendo a créditos, pero ahora esperan a asegurar ciertas ventas para seguir adelante con la construcción. La excavación y cimentación supone una inversión importante, pero dejar expuesta la estructura resulta menos costoso que empezar a colocar el ladrillo y meter a la plantilla, algo que se presta más al deterioro, a accidentes e incluso a que puedan ocuparse las casas.

triunfa el alto "standing" España, en este sentido, reconoce que "un edificio a medio acabar es, sin duda, una mala señal", y se presenta como uno de los claros símbolos de la crisis, con las que cualquier paseante se ha llevado las manos a la cabeza y ha tomado conciencia de la situación económica, ésa que primero afectó a los bancos y al ladrillo y ahora aprieta a la economía familiar. De ahí que la crisis se esté centrando, en la construcción libre gasteiztarra, en los pisos de mediana superficie y adosados, y no tanto en las viviendas de alto standing, que mantienen el tipo. "Basta con mirar cómo han marchado las ventas en torno a la plaza de toros", cuenta España.

El propio alcalde de Vitoria, el socialista Patxi Lazcoz, reveló recientemente al hacer balance de sus tres años al frente del gobierno local que, al menos, en los últimos meses ya se empezaban a solicitar licencias de construcción de vivienda libre al Ayuntamiento. Es más, en el último informe del Instituto Nacional de Estadística, Álava -y, en particular, Vitoria- encabezó en junio el aumento de compraventas de vivienda tras duplicar las cifras del mismo periodo del año anterior: hubo 506 operaciones.

Pero la construcción, según valora España, aún no respira tras ese periodo de ahogo. E, insiste, en que, más allá que las promociones paradas, "hacen más daño al sector esas parcelas compradas y no construidas, que están hipotecando una zona", cuenta este experto, refiriéndose a ciertas parcelas en el Alto de Armentia. Con todo, España cree que todavía es pronto para vaticinar si el sector está levantando la cabeza: "Fuimos los primeros en ver las orejas al lobo y ahora nos está costando arrancar". Al menos, de las promociones paradas contabilizadas por CCOO, una ya afronta su remate final. Menos da una piedra. O un ladrillo.