El consumo doméstico de agua ha ido descendiendo en los hogares de Vitoria de forma constante desde 2004 hasta situarse en 117 litros por habitante y día. El Ayuntamiento pretende que este gasto se reduzca para 2012 a 110 litros por habitante y día, por lo que el objetivo final está a escasos siete litros. Además de realizar campañas de concienciación, para contener el abuso, el gobierno municipal está dispuesto a gravar el gasto y recurrir a las sanciones. En 2009, Amvisa aprobó una hoja de ruta para subir las tarifas de forma espectacular hasta 2012. Después, el grifo se cerrará a golpe de multa. Esta normativa mana de la directiva europea que busca moderar el gasto de un bien tan básico como escaso. El primer susto se lo llevaron los usuarios en enero al comprobar que abrir la canilla cuesta un 12,5% más que el pasado ejercicio. En 2011, el recibo subirá otro 11,6% y en 2012, un 10,7%. Un caro precio gracias al cual Vitoria ha logrado contener el despilfarro y ya ahorra dos tercios del agua que se gasta en cualquier país desarrollado.