Vitoria. Las calles libres de tráfico son el paraíso del peatón, pero para los vitorianos que residen en ellas la ausencia de aparcamientos se convierte en un obstáculo cuando necesitan estacionar el coche: no les queda más remedio que solicitar el permiso oportuno al Ayuntamiento. Un trámite admisible cuando toca hacer mudanza, pero un tanto desmesurado si su única intención es descargar compras de gran tamaño o meter y sacar maletas. Por eso, muchos vecinos se arriesgan confiando en que el policía de turno no les pille o, si lo hace, que sea considerado. Son los gajes de que no exista una normativa que regule el acceso de vehículos en estas zonas de la ciudad. Por suerte para ellos, el Consistorio ha decidido que ha llegado la hora de cubrir el vacío legal: una decisión que los residentes consultados por DNA han acogido con gran entusiasmo.
La ordenanza municipal que pretende elaborar el Ayuntamiento permitirá que los vecinos de las vías peatonales puedan estacionar su coche un máximo de veinte minutos al día en horario de carga y descarga. Sin reprimendas. "Me parece genial. Y para las cosas del día a día ese tiempo es suficiente", opina María González. Hace dos años que reside en San Prudencio, sin garaje, y por evitarse "la molestia de discutir con la Policía" ha evitado en todo este tiempo realizar compras de una semana, cosa que sí hacía cuando vivía en Zaramaga. "Ahora tendré más tiempo para comer al mediodía, qué alegría", apunta la joven, quien admite que, a diferencia de ella, la mayoría de sus vecinos "sí que suele dejar el coche en la calle, sobre todo las familias cuando van o vienen de viaje".
Emilio pertenece a esa clan. Lleva más de diez años viviendo en la calle Diputación, y desde que nació Luis, el cuarto hijo, es de los que llena la nevera a golpe de hipermercado. "El garaje lo tengo algo lejos, así que dejo el coche debajo de casa, pero siempre ando preocupado, subiendo y bajando a todo correr", admite. Su vecina de arteria, Irene, no comparte su agobio porque prefiere hacer compras pequeñas "o que me las traigan a casa", pero aun así aplaude la futura regulación. "Me parece estupendo, hay mucha gente que necesita ese plus para ganar en calidad de vida".
Carlos de Aranzabal, dentista jubilado, bien lo sabe. Sus hermanos han usado su consulta de Dato "como guardamuebles toda la vida, y siempre hay que estar pendiente de si viene la Policía, porque aparece cuando menos quieres", señala. De la misma opinión es Echevarría, compañero de calle, para quien es "un contrasentido que las plazas de parking más cercanas a las que los vecinos de esta zona pueden acceder estén en Ortiz de Zárate o San Antonio. Así, cualquier actividad se complica".