EL propio concejal gasteiztarra de Limpieza, José Manuel Bully, reconoció esta semana que quizá pocos ciudadanos superarían una prueba quisquillosa de reciclaje. Las estadísticas confirman el compromiso de los vitorianos con este sistema: el 25% de los envases y el 90% de los vidrios que circulan por Vitoria acaban reciclándose. Sin embargo, en más de un hogar concienciado se duda al contestar a preguntas sobre las diferencias entre el vidrio y el cristal, si las bolsas de plástico son consideradas un envase, o cuál es el lugar adecuado para desprenderse del papel de aluminio o de un lápiz.

El contenedor amarillo es el que más errores registra de la red gasteiztarra. Los ciudadanos identifican este cubo con el de plásticos, cuando se trata del de envases -como una bolsa de plástico de Eroski, una lata de Coca Cola o el papel de albal-. También hay fallos comunes al pensar que un vaso o una cerámica rota pueden dejarse en el iglú verde, que se reserva para envases de vidrio.

Desde el Ayuntamiento recomiendan mantenerse alerta ante cuestiones como éstas, puesto que muchos vecinos comprometidos con el medio ambiente cometen estos errores por mero hábito. Ante la duda, un consejo sencillo: siempre es menos perjudicial desprenderse de un residuo en el contenedor gris. Restos como un lápiz deben acabar aquí.