Vitoria. La ciudad ha envejecido en las dos últimas décadas hasta alcanzar una tasa media del 17%. Vitoria ha perdido un tercio de sus jóvenes y ha duplicado la presencia de mayores de 65 años en sus calles. Y lo ha hecho al ritmo que se han ido deteriorando algunos de los barrios más antiguos, aquellos que fueron el centro de la actividad en los años sesenta y setenta.
Judimendi y Coronación son los distritos más longevos, con una tasa del 29%, si bien han sido Txagorritxu (27%) y Zaramaga (29%) los que más han envejecido en la ultima década, según el estudio sobre evolución de la población que maneja el Ayuntamiento. Una realidad que se nota en sus calles y plazas. Y en el comercio, regentado por los titulares de siempre o cerrado, por falta de relevo generacional. "Yo tengo 50 años y cuando entro a los bares estamos los de siempre, los de la partida de mus", asiente Fernando Cuesta. "De niños jugábamos en la calle, había más ebullición; entrábamos en las tiendas y el dependiente decía: los chavales fuera de aquí; ahora, paseando por la calle se ve más gente mayor, sobre todo en zonas como la calle Laguardia o Senda de los Puertos", recuerda con cierta melancolía. "Un barrio sin gente joven es triste... Pero, bueno, rejuvenecerá a medida que vayan desapareciendo los más mayores y sus viviendas sean ocupadas por familias jóvenes; ya se empieza a notar, ahora que los pisos están más baratos", reconoce.
La mejor prueba de este envejecimiento está en el "saturado" centro de jubilados de la calle Vitoria. "Somos 2.800 socios; el local se queda pequeño". El otro lado de la moneda se encuentra, precisamente, en las traseras de este club de mayores y en los alrededores del parque del Norte, donde se reúnen los adolescentes. "Pero no todos son de Zaramaga", puntualiza Cuesta.
"El barrio ha envejecido, sin duda, pero las matriculaciones en los centros escolares se mantienen" -a pesar de que en su día, el colegio Ruiz de Garibay tuvo que echar la persiana por falta de alumnos-. Aintzane Mollar dirige las Mercedarias, un colegio privado con 42 años de andadura en el barrio. En sus aulas estudian 540 escolares desde Infantil hasta 4º de la ESO, de los que, aproximadamente "un 30% son de Zaramaga". El resto, derivados de Aranbizkarra y algunos de Salburua. "También han llegado familias jóvenes de inmigrantes".
Las Mercedarias comparten aulas en el barrio con la ikastola Odón de Apraiz y el instituto Koldo Mitxelena, donde las matrículas tampoco han caído gracias, entre otras razones, a la llegada de alumnos desde otros centros de referencia. "Incluso hemos abierto dos aulas de dos años", aseguran en la ikastola.
menos txikiteo José Manuel Lastra se afincó en Txagorritxu hace 39 años cuando todavía trabajaba en la planta de Michelin. Como otros muchos, llegó con veintipocos años, que ahora ya superan los sesenta; los hijos se han ido y nos hemos quedado los mayores. "La residencia de ancianos está llena y también las Hermanitas de los Pobres", corrobora. "Hasta en el txikiteo se nota porque los mayores podemos salir poco y cuando lo hacemos sólo tomamos un vino".
Aun así, Lastra confirma que no es difícil ver jóvenes y niños por las calles, porque Txagorritxu es un barrio de mucho tránsito, dotado de numerosos servicios que atraen, aunque sólo sea de paso, población de otras zonas de Vitoria. Están los colegios Luis Dorao y Miguel de Unamuno, el polideportivo San Andrés, San Viator, el hospital, los bares y tiendas de la Avenida, el conservatorio... "La verdad es que es un barrio funcional, muy bien proyectado... Eso sí, se nos han quedado viejas las aceras", ironiza.