vitoria. Malentxo Arruabarrena insiste en que, sin perder el contacto con el día a día, los políticos deben mirar por el futuro de la ciudad. La herramienta clave para combatir la crisis actual y vislumbrar el horizonte de Vitoria son los Presupuestos, donde el PNV tendrá un papel clave. La portavoz jeltzale en el Ayuntamiento adelanta en qué consistirá el acuerdo.
¿Cómo marcha la negociación presupuestaria?
El alcalde se nos ofreció, como otros años, para ver qué pensábamos del Presupuesto. Estamos estudiando qué cosas vamos a priorizar este año porque si el pasado ejercicio fue complicado, éste lo es más.
Ya se habla de austeridad.
Efectivamente. Y saber que tenemos menos recursos presupuestarios también implica una mayor eficacia en la gestión.
Se suele hablar de qué se va a priorizar pero no de dónde se va a recortar. ¿Dónde se apretará el cinturón el Consistorio?
Se puede recortar en gasto corriente, el del día a día. Se puede ahorrar en agua, luz, el uso de los ordenadores, el teléfono... Son cosas pequeñas, pero se trata de cuestiones con las que también ahorramos en nuestra propia casa. Y, luego, si hay que hacer viajes, habría que reducir el número de personas en esos desplazamientos. Al final, se trata de pensar muy bien cuáles son las necesidades que tenemos que afrontar sí o sí, también qué queremos hacer y elaborar un listado de prioridades.
¿Cuáles son esas necesidades?
Pues esas inversiones que hemos realizado en 2009 y que ahora tenemos que equipar como el frontón de los Astrónomos, el centro cívico Ibaiondo o la limpieza de Salburua y Zabalgana, que deben tener las mismas condiciones que cualquier calle del centro de Vitoria. Éstas son cuestiones que no se pueden quitar, mientras que siempre hay temas que se pueden abordar más adelante.
¿Cuáles son las prioridades del grupo municipal del PNV?
Promoción económica y asuntos sociales. Es decir, que seguiremos la línea del año pasado, cuando inyectamos dinero en cursos de formación para personas en desempleo, y la de las ordenanzas, donde conseguimos que no subiera el precio de estos cursos, de las escuelas infantiles o de las residencias y centros de día.
También rebajaron la subida prevista en tasas como los veladores o la actividad económica.
Queremos impulsar el comercio, y no nos sirven los parches. Ahora no tenemos un verdadero Plan Estratégico de Comercio. Y el Plan Alhóndiga es un proyecto del equipo de gobierno en el que se está trabajando sin los comerciantes. Gasteiz On debería estar pilotando ese proyecto. Y como no lo está, no nos vale.
Desde el equipo de gobierno se han lanzado mensajes al PP para que se sume al acuerdo presupuestario. Después de que los "populares" no apoyaran las tasas, ¿lo ve factible?
No sé qué hará el PP, pero sí tenemos claro que si a las ordenanzas fiscales votó en contra, no podría decir sí al Presupuesto. Un grupo responsable, el que sea, debe estar a las duras y a las maduras.
PSE y PNV acordaron en su día sacar del debate los proyectos estratégicos, que tienen asegurada su continuidad en los presupuestos. Ante esta crisis que ahoga a las familias, parece difícil que cale en la ciudadanía esta apuesta millonaria por proyectos a largo plazo...
Es difícil que cale ese mensaje de futuro porque ahora la mayor preocupación de los ciudadanos son los ERE, el paro... Lo entiendo perfectamente. Pero quizá a los políticos nos toca también pensar en el futuro. A muchos grupos se les llena la boca al hablar de sostenibilidad, pero luego piensan en el día a día, parcheando y mal. Hay que meditar a veces sobre lo que Vitoria-Gasteiz necesitará en nueve, 19 ó 100 años.
¿Ese momento de pensar en el futuro ha llegado?
Ahora estamos en un momento clave para dar pasos hacia la Vitoria que queremos para las futuras generaciones. Y el equipo de gobierno no está siendo tan ambicioso como tendría que estar siendo.
¿Qué valoración hace del gabinete?
Creo que el PNV le está dando un empuje al gabinete que igual le falta al señor Lazcoz. Le falta liderar su ciudad. No digo que este gabinete no tenga ideas, pero le cuesta mucho tomar una decisión y ponerla en práctica. Necesita más valentía en esa toma de decisiones. Y, además, un alcalde debe ganarse los apoyos de la oposición, pero es que Lazcoz se los ha encontrado.
Ser el socio presupuestario del equipo de gobierno, ¿es una posición de fuerza o una forma de poner las cosas fáciles al gabinete?
Sabemos que es difícil que trascienda a la ciudadanía lo que se hace desde la oposición, porque lo bueno y lo malo siempre se lo lleva la figura del alcalde. Pero nosotros tenemos vocación de gobernar y esa responsabilidad nos obliga a no apostar por el no por el no. Por eso podemos estar de acuerdo con el equipo de gobierno o con la oposición, pero como partido tenemos muy claro qué queremos para Vitoria. Queremos que la ciudad sea un modelo a nivel mundial. Lo hemos sido en ocasiones en temas sociales y tenemos una calidad de vida impresionante.
¿Y no nos lo creemos?
No nos lo creemos y, a veces, como vivimos tan bien [aunque siempre se puede mejorar, puntualiza], protestamos por todo.
¿Qué va a suponer el soterramiento en ese futuro?
Será un cambio de arriba abajo. El hecho de que tengamos el Tren de Alta Velocidad llegando a Juan de Garay, donde espero que esté la estación intermodal...
¿No llegará entonces a Dato?
A Dato va a llegar. Aquí las cosas hay que dejarlas claras. Con mucho retraso tendrían que ir las obras en Burgos como para que no lleguen aquí en nueve años.
En opinión del PNV, ¿cómo debería aprovecharse el corredor que libere el soterramiento?
Tendremos una oportunidad para diseñar otra ciudad, pero no me atrevería a decir qué debe haber ahí. No sé si deberíamos convocar un concurso, un certamen... Pero, en cualquier caso, tenemos que escuchar a gente especializada.
Hay ciudadanos que ya tiemblan pensando en qué se va a hacer...
Se pueden hacer cosas maravillosas. Pero hablamos de muchos años.
¿Lograr el acuerdo en torno al soterramiento era sólo una cuestión política? Al final ha habido que esperar a que hubiera instituciones del mismo color político...
Este debate se planteaba desde hace mucho tiempo, y ahora ha tocado que estuviera el PSOE en el Gobierno central y en el Gobierno Vasco para fijar el acuerdo. Pero el anterior Ejecutivo autonómico ya trabajaba en ello. Y también hay que acordarse de que, cuando el PP estuvo aquí y en Madrid, no hizo nada.
Ha hablado de ser previsor y mirar al futuro de Vitoria. En ese futuro tendrá un peso muy importante el nuevo Plan General, donde el PSE apuesta por mantener el perímetro pero aprovechar los huecos de la ciudad. ¿Están de acuerdo?
El Plan General es una oportunidad para que cada partido diseñe la ciudad que quiere. Pero sí es cierto que los expertos indican que las ciudades en lugar de crecer como una mancha de aceite primero deben crecer hacia adentro. Y creo que podemos dar otro aire a barrios como Adurza, Ariznabarra o Zaramaga.
¿Qué le parece la fórmula del Plan Renove, de ofrecer nuevas VPO a los vecinos para que se puedan derribar sus casas actuales?
Es una posibilidad de esa mirada hacia adentro de la ciudad. Queremos una ciudad compacta y sostenible. Y si los vecinos a los que afecta están de acuerdo, adelante.
Los ciudadanos confiesan su preocupación por que estos planes supongan la construcción de más torres y menos viviendas bajas.
Cuando hablamos de más edificabilidad no pensamos en construir más casas, pero sí viviendas más pequeñas. Cada vez hay más familias de una y dos personas. Si antes se hacían en un edificio 15 viviendas, igual hay que ir a más. Además, en esta ciudad tenemos una cantidad de zonas verdes impresionante, y no se quitarán, pero se va a estructurar mejor. Evitar esos huecos que quedan y crear una trama urbana mejor. Tenemos que ser vecinos, no sólo peatones.