Una agrupación que engloba a 1.400 cooperativas de sectores muy diversos, 60.000 puestos de trabajo y una importancia tal que supone el 6% del PIB autonómico. Estas son las principales cifras de KONFEKOOP, la Confederación de Cooperativas de Euskadi, que sigue demostrando día a día la importancia y el protagonismo del cooperativismo vasco como "el mejor modelo socio-empresarial" que existe en la actualidad.  

Es la afirmación rotunda que hace Iñaki Nubla, director de KONFEKOOP, que nos habla de las empresas cooperativas como el modelo a seguir para la innovación y mejora de la sostenibilidad multisectorial del territorio.

Transformando el mundo que nos rodea

El trabajo que hoy en día se hace desde las cooperativas va de la mano de aspectos tan importantes en la sociedad (no solo desde un punto de vista económico) como son la innovación y la sostenibilidad; donde han demostrado su papel fundamental en la promoción de las mismas. No en vano, desde este modelo productivo se ponen en marcha soluciones creativas para dar salida a gran parte los desafíos económicos, sociales y ambientales que enfrenta nuestra sociedad.

KONFEKOOP agrupa en la actualidad a 1.400 cooperativas de sectores muy diversos y reúne 60.000 puestos de trabajo

Al unir fuerzas, recuerda Iñaki Nubla, las empresas cooperativas pueden desarrollar ideas novedosas, compartir entre ellas recursos y conocimientos y, de esta manera, avanzar en pro de una innovación que se traslade luego al beneficio no solo de sus socios… también de la sociedad en general. Una innovación eminentemente social como apunta el director de KONFEKOOP.

¿Y en el caso de la sostenibilidad? ¿Qué papel juega el cooperativismo vasco? Para estas dos preguntas, la respuesta hay que buscarla en el origen de las cooperativas, arraigadas en las comunidades locales desde sus comienzos y donde se ha demostrado desde entonces su defensa y compromiso con el desarrollo sostenible y el bienestar de las personas. No es casualidad, por tanto, que muchas de las empresas cooperativas que actualmente conocemos en Álava centren sus esfuerzos en sectores clave como es el caso de la agricultura, la alimentación, las energías renovables, la gestión de residuos, el consumo responsable o la producción basada en principios de sostenibilidad.

Un compromiso por un futuro más sostenible que se refleja también en el hecho de que las empresas cooperativas ofrecen a sus miembros una plataforma para participar activamente en la toma de decisiones y en la construcción de su propio destino desde un punto de vista económico. Y esto, a largo plazo, es clave para conseguir esa sostenibilidad antes mencionada por medio de la promoción de la igualdad y el empoderamiento de los socios, así como con las inversiones en la comunidad local para fortalecer la economía y reducir las desigualdades sociales.

Y todo ello surcando los obstáculos económicos y sociales que se vayan produciendo año a año. Un ejemplo de ello fue la crisis derivada de la pandemia mundial (al igual que la anterior inestabilidad económica experimentada en el año 2008). Un desafío sin precedentes, el estallido de la alerta sanitaria mundial que, sin embargo, puso de nuevo en un primer foco la fortaleza de las cooperativas para superar la crisis con buenas dosis de flexibilidad y resiliencia como recuerda Iñaki Nubla.

Ikastola Armentia, una de las cooperativas del sector de educación CEDIDA

Radiografía del cooperativismo en Álava

No es de extrañar que la importancia y presencia del cooperativismo vasco se haya implantado fuertemente tanto en el medio rural como en el urbano del territorio alavés. Así, fuera de la capital, la mayor parte de las empresas cooperativas asociadas a KONFEKOOP se dedican al sector agrario y alimentario sirviendo, además, de fuente de formación e información para sus miembros y su comunidad. Un papel que les convierte en actores transformadores, dinamizadores y comercializadores tanto de los productos locales como del entorno en el que se asientan.

Esencia que, en cierta medida, comparten con las que están radicadas en un espacio urbano donde esta presencia cooperativa va más hacia las cooperativas de consumo, de la enseñanza, los cuidados, de crédito y seguros, de producción industrial, de construcción e incluso de transportistas. “Basta con mencionar y recordar nombres tan conocidos como Eroski, Laboral Kutxa, RPK… que son líderes en sus sectores”, apunta el director de la Confederación de Cooperativas de Euskadi.

Las crisis han demostrado la fortaleza de las cooperativas para superar esos obstáculos económicos con buenas dosis de flexibilidad y resiliencia

2024: un año de retos por cumplir

Echando una mirada al futuro, desde el cooperativismo vasco ya trabajan en los retos que se han propuesto para un año al que apenas le quedan algo menos de dos meses por llegar. Unas metas que sobre todo se centran en redimensionar las cooperativas para hacer que estas sean más grandes, tengan más volumen y crezcan.

“Si queremos llegar cada vez más lejos, debemos ser más grandes”, sentencia Nubla, al tiempo que adelanta el otro gran reto para el 2024 y que no es otro que incrementar el valor añadido de los productos y servicios con los que trabajan estas cooperativas. “Algo para lo que, sin duda, necesitamos, ser cada vez más innovadores”.

Más que un reto para el próximo año es una demanda que lleva años sobre la mesa y que desde KONFEKOOP lamentan que todavía no se haya hecho realidad. Hablamos de la petición de que la organización forme parte del Consejo de Administración de LANBIDE; “derecho que por primera vez se recoge en el proyecto de ley vasca de empleo que se está ahora debatiendo en el Parlamento Vasco”.

"Queremos estar donde se toman las decisiones de empleo", argumentan desde la entidad que se ha propuesto trabajar con los grupos políticos para que la participación de las cooperativas en LANBIDE "sea una garantía"; además de una realidad más pronto que tarde en pro de seguir siendo un agente clave en la economía innovadora y sostenible de Álava y del resto de la comunidad autónoma vasca.