Silvia Leal es experta internacional en el ámbito de la transformación empresarial (cultural y digital). Ha sido nombrada consejera independiente de Capital Radio y Senior Advisor en Evercom. Además, colabora como inversora y expert advisor en dos startups con potencial de unicornio: ARfuture (metaverso y realidad virtual & aumentada) y Aygloo (inteligencia artificial). Durante tres años consecutivos ha sido reconocida como una de las 10 expertas más influyentes de España. En 2021 recibió el Inspiring Award de la AI-Network Association. Y será una de las ponentes del foro organizado por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA Álava Objetivo 2024.

La ciencia y la tecnología son dos de sus grandes pasiones, como experta internacional. ¿Cuáles serán las tendencias de futuro?

En estos momentos la atención de la sociedad está puesta en la inteligencia artificial, sobre todo, en la generativa. El año pasado fue el metaverso el que acaparó el interés de los medios de comunicación y la sociedad. ¿Y cuál será la siguiente? En mi opinión, la clave estará en la fusión de todas las tecnologías que se están democratizando ahora. La clave de mi respuesta está en que ninguna de ellas es nueva, tan solo están en su momento de máximo interés público, y si analizamos bien su potencial podremos comprobar que el verdadero impacto lo tendremos cuando se empiecen a fusionar con fuerza. Porque ahí surgen aplicaciones que hasta el día de hoy son muy difíciles incluso de imaginar, y que en estos momentos tan solo forman parte de la ciencia ficción.

¿A qué retos nos enfrentamos como sociedad?

Los retos son muchísimos. Para empezar, hay que recordar que muchas generaciones no han sido (o hemos sido) educadas para saber utilizarlas con conciencia y madurez y, como resultado, nos encontramos con un rechazo a su uso o con adicciones difíciles de controlar. Y, por supuesto, también está el uso en contra de la propia sociedad e incluso de la humanidad a todos los niveles. Y el problema no es la tecnología, es el uso por parte de personas con poder capaces de hacer con ella todo tipo de barbaridades. Por ello es muy importante la regulación, porque puede ayudarnos a resolver retos como el de la sostenibilidad, pero no todo vale.

¿Y en el ámbito laboral?

La tecnología está cargada de prejuicios. La sociedad cree que destruye empleo cuando lo cierto es que siempre ha generado más que el que ha destruido. Pero ahí están los miedos que hacen que nos quedemos con la parte negativa de las cosas. De hecho, el World Economic Forum avisó cuando empezó su explosión de que destruirían 75 millones de puestos de trabajo y de que generarían 133 millones. ¡Y solo nos quedábamos con la destrucción! Por si fuera poco, se genera empleo de mayor calidad y remuneración, así que debemos entender bien los cambios y prepararnos para salir reforzados. ¿No lo dice el refrán? A río revuelto ganancia de pescadores, y es el momento de salir a pesar nuevas oportunidades profesionales y ¿por qué no? También emprendedoras...

Una gran parte de la sociedad incluso teme al avance de la tecnología, como por ejemplo a la Inteligencia Artificial, por si esto acaba perjudicándonos y quitando puestos de trabajo. ¿Qué opina usted al respecto?

Esa afirmación es totalmente cierta. Y la explicación es doble. En primer lugar, la tenemos en los miedos, que tienden a hacernos ver todo negro. Y luego está también la otra realidad que es que la ciencia ficción nos ha presentado, por lo general, unos escenarios en los que la tecnología no venía precisamente a salvarnos y se han quedado todos esos miedos y prejuicios ahí en nuestra mente... Así que es muy importante detectar esos prejuicios y destruirlos. Eso no quiere decir que todo sea perfecto y maravilloso al hablar de robots e inteligencia artificial. Pero tampoco estamos delante de Terminator.

¿Hemos avanzado mucho en ciencia y tecnología en los últimos años?

Sí. Sobre todo, en la democratización de la tecnología. A modo de ejemplo, recordaré que la inteligencia artificial lleva con nosotros muchas décadas. Ahí están, por ejemplo, los gemelos digitales que vienen de los años ochenta. ¿Y qué puedo decir de las experiencias inmersivas que cogieron fuerza a raíz del éxito de la película Terminator? Ya ves, Terminator dio el empujón clave para la expansión de tecnologías como la realidad virtual y aumentada, pero a su vez nos generó unos prejuicios que a muchos les llevan a temerlas y rechazarlas.

¿Cuáles considera que son los mayores obstáculos a los que se enfrenta una empresa actualmente?

Cada empresa es un mundo y es muy difícil generalizar. Sin embargo, hay una realidad devastadora y es que ocho de cada diez empresas que buscan talento en nuestro país no lo encuentran. Estamos hablando de perfiles digitales y también de perfiles que no lo son, pero tienen unas buenas competencias digitales. Decidir lanzarte a la digitalización y no encontrar quien te ayude desde dentro es terrible.

¿La tecnología va de la mano con la sostenibilidad?

Para luchar contra el cambio climático muchos vemos (y ven) la inteligencia artificial y el internet de las cosas como un gran aliado. De hecho, hace tiempo que se apuesta por los hogares inteligentes, las ciudades inteligentes, los coches inteligentes... todos esos objetos o sistemas diseñados para consumir menos y bajar las emisiones son capaces de marcar, sin duda, la diferencia. Y si además nos ponemos las pilas y nos tomamos en serio todo esto en nuestro día a día quizás pronto podríamos empezar a ver la luz con más claridad. En estos momentos, por desgracia, yo no la veo.

¿Cómo imagina el mundo en un futuro lejano?

Uf. Ahora mismo está todo tan revuelto que me cuesta imaginármelo. Pero no tengo ninguna duda de que tenemos muchas herramientas que nos pueden ayudar a encauzarlo. Por ello, apuesto por la formación al máximo de todos nosotros, de nuestros niños y de nuestros mayores, para que con esas herramientas podamos avanzar, como se suele decir, hacia un mundo mejor, porque somos nosotros quienes marcaremos el camino y no debemos echar la responsabilidad a los demás cuando las cosas no salen como uno quiere. Eso es lo más fácil pero también lo menos valiente (por no decir cobarde).

¿Habrá nuevos empleos en sectores que hoy ni se conozcan?

Se habla mucho sobre la destrucción de empleo y la generación de nuevos puestos de trabajo y a menudo creemos que las cosas no se ven venir, y muchas veces están ahí cristalinas. Porque lo cierto es que la mayoría de las veces no cambia el empleo, ahí están los médicos, los profesores o los responsables de marketing. Lo que cambia es la forma de hacer las cosas y para dejarlo claro cambia el nombre que se le da a una profesión, como por ejemplo la del especialista SEO o community manager, pero en el fondo es lo mismo... ¿qué hay que hacer para vender más? ¿O para publicitar algo con más impacto? Y lo que cambia es el nombre de la profesión para dejar claro que cambia la forma de hacer ese trabajo... pero en el fondo el cambio no es tan radical en muchas ocasiones. Cambia el cómo, no el qué.