- El excomisario europeo Michel Barnier, el hombre de Bruselas en el brexit, emerge como la posible sorpresa entre los postulantes de la derecha francesa a la candidatura presidencial de 2022, frente al favorito de los sondeos, el presidente regional Xavier Bertrand.

Por ahora, ninguna encuesta publicada sitúa a un candidato conservador en la segunda vuelta, que a siete meses de los comicios parece prometida al saliente Emmanuel Macron y a la ultraderechista Marine Le Pen.

Pero el panorama político está revuelto, las candidaturas son por ahora volubles y todo puede cambiar en los próximos meses, por eso el partido Los Republicanos (LR) considera que si presentan una candidatura única tienen opciones de dar la vuelta a los sondeos.

Hace una semana decidieron que su cabeza de cartel sería elegido por los militantes en un congreso que tendrá lugar entre el 1 y el 4 de diciembre y no mediante primarias abiertas, como hicieron hace cinco años. Esa decisión parecía tomada a la medida de Bertrand, presidente de la región Altos de Francia, al norte del país, al que todos los sondeos dan como el mejor posicionado para alcanzar la segunda vuelta en las presidenciales.

Sin embargo, la incertidumbre del voto de los militantes parece haberle hecho cambiar de opinión. Sobre todo tras la publicación de algunas encuestas que señalan que, entre quienes tienen el carnet del partido, su popularidad no es tan alta como entre el conjunto de los franceses.

Bertrand, que fue ministro de Nicolas Sarkozy, se distanció de Los Republicanos, crítico con la decisión de la dirección de no pedir el voto para Macron en la segunda vuelta de las presidenciales de 2017 frente a Le Pen.

En 2017, cuando los conservadores franceses optaron por la línea dura representada por Laurent Wauquiez, anunció su salida del partido, aunque sigue considerándose de derechas, una decisión que ahora le pueden hacer pagar los militantes.

En los últimos días, temeroso de salir derrotado, ha pedido al resto de los candidatos que se unan a él. “Soy el único que tiene opciones de ganar a Macron y a Le Pen”, aseguró al diario Le Figaro. En su opinión, el enfrentamiento fratricida de un voto interno solo servirá para debilitar a la derecha de cara a la verdadera batalla, que tendrá lugar en abril del año próximo en las presidenciales.

“El congreso tiene dos objetivos: elegir a un candidato y poner las ideas sobre la mesa. Si no hay este debate entre candidatos, nos privamos del debate de ideas”, dijo ayer otro de los candidatos, el alcalde de La Carenne-Colombes, Philippe Juvin, en la emisora Europe 1. Juvin estimó que si el debate se centra en el enfrentamiento entre candidatos “será un suicidio”.

Pero esta opinión no es compartida por todos los que optan a la candidatura. Entre ellos la presidenta de la región de París, Valérie Pécresse, la segunda mejor situada en el LR en los sondeos para las presidenciales, que asegura que “no hay un candidato natural”, lo que hace necesario un voto de los militantes.

También exministra de Sarkozy, como Bertrand adepta de una línea moderada y también alejada del partido por los mismos motivos que su ahora rival, Pécresse tampoco parece despertar entusiasmo entre los militantes. Sin embargo, Barnier arrasaría, según ese sondeo, en una segunda vuelta contra Bertrand.

A sus 70 años, con una amplia carrera política desarrollada sobre todo en Bruselas, Barnier juega la carta de la fidelidad al partido y de la experiencia internacional para dar una sorpresa que, hasta ahora, pocos auguraban. Y eso que tiene menos intención de voto para las presidenciales que sus dos rivales: apenas el 8%, frente al 14% de Bertrand y el 12% de Pécresse.