- Los residentes de dos estados de Alemania acuden hoy a las urnas para elegir a sus representantes locales en el primer evento del gran año electoral que culminará el 26 de septiembre, con los comicios que decidirán al sucesor de la canciller, Angela Merkel, y el principio de una nueva era en Alemania sin la mujer que ha guiado su destino durante más de 15 años.

Pruebas de la trascendencia de este momento han sido los sucesivos movimientos que algunos de los principales partidos alemanes han llevado a cabo en sus cúpulas durante las últimas semanas, caso de La Izquierda (Die Linke), que eligió a principios de mes a Janine Wissler y Susanne Hennig-Wellsow para trazar la estrategia final de cara a los comicios generales, o, sobre todo, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), el partido de Merkel, ahora encabezada por el primer ministro del estado de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet.

Si acaso, las elecciones de hoy en Renania-Palatinado y Baden-Wurtemberg servirán de punto de orientación para los partidos alemanes: una encuesta encubierta en la que participará una quinta parte de la población alemana y en un momento de cierta incertidumbre para la gran alianza conservadora que forma la CDU con su “partido hermano”, la Unión Cristiano Social de Baviera (CSU), cuyo líder, Markus Soeder, aspira a romper la tradición y convertirse en el gran candidato del bipartito para suceder a Merkel, una nominación reservada habitualmente al líder democristiano, Lascher en este caso. Los pronósticos para los comicios en ambos estados dejan entrever ciertas transformaciones que ha atravesado la política alemana durante los últimos años, que han mermado el sistema de las grandes coaliciones, como la que aúna ahora mismo a la CDU/CSU con el Partido Socialdemócrata (SPD). El dominio de los conservadores a nivel federal sigue siendo evidente -en estos últimos meses más que nunca gracias a la aprobación popular de la gestión realizada por Merkel en la lucha contra la pandemia- pero los socios podrían cambiar según se vaya desarrollando el año.

Así las cosas, mientras en Baden-Wuertemberg la conservadora Susanne Eisenmann lleva las de perder frente al ecologista Winfried Kretschmann, de Los Verdes y desde hace meses por delante en las encuestas, la situación tampoco es más favorable para la CDU en Renania-Palatinado, donde el democristiano Christian Baldauf está viendo cómo disminuye su ventaja en las encuestas sobre la actual primera ministra regional, Malu Dreyer, que lleva los últimos siete años gobernando en coaliciones con Los Verdes y el Partido Liberal. Ninguno de estos partidos emergentes ha destacado más que Alternativa para Alemania (AfD), la formación de ultraderecha que se ha convertido en la principal fuerza de oposición al Gobierno alemán, que inicia este “superaño electoral” en un momento de crisis, mermado por las disputas internas y la erosión a su imagen que ha provocado la decisión -ahora suspendida por un tribunal- de someter al partido a estricta vigilancia por considerarlo un impulsor del extremismo en el país.

En este sentido, las encuestas recogidas por la agencia DPA apuntan a que la AfD mantendrá su presencia en ambos parlamentos regionales, pero con peores resultados que en 2016. A pesar de la tensión en la carrera sobre su liderazgo, la CDU/CSU confía en que la figura de Merkel sirva para revalidar su mandato sobre el país el próximo mes de septiembre. En este momento, la respuesta liderada por la mandataria sobre la crisis de la covid parece ser su regalo de despedida a la alianza: un 40% de los encuestados por Forsa les consideran los más capacitados para hacer frente a problemas del país; un 21% más que antes del estallido de la crisis. En este punto, ningún otro partido o coalición alternativa están capacitadas para derrotar en septiembre a la CDU/CSU.