Atenas - La ONG defensora de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) publicó ayer martes las primeras declaraciones de uno de los casi 500 migrantes que se encuentran en el buque de refugiados fondeado en la isla de Lesbos, quien confirmó que no se les permite ver a un abogado ni solicitar asilo. Según pudo saber HRW a través de este hombre sirio, los detenidos en el buque fueron llevados a una comisaría para ser fichados e informados de que el Ministerio de Migración había rechazado cualquier posibilidad de asilo para ellos. Una vez trasladados al área de la embarcación -el día 1 de marzo-, la Policía no permitió que cargasen sus teléfonos durante una semana, dejando a todos ellos incomunicada durante varios días, comentó este hombre, que prefiere mantenerse en el anonimato por miedo a represalias.

Las condiciones higiénicas en el interior del buque son deplorables, encontrándose "sin duchas ni jabón" y "con sólo tres baños para 451 personas hasta hoy, que han traído cinco aseos portátiles", sostuvo.

También hay muchos niños y mujeres embarazadas e, incluso, algunas personas "demasiado enfermas para comer". La fuente de HRW, con la que pudo hablar gracias a familiares acogidos en el campo de refugiados de Moria, señaló que la mayoría de los acogidos en el buque militar son afganos, pero 118 proceden de países árabes como Siria, Irak y Palestina. No obstante, también hay personas procedentes de países africanos, como Somalia.

Negativa y amenaza La negativa a permitir que las personas llegadas a las costas griegas desde el 1 de marzo puedan solicitar asilo y la amenaza constante de enviarlos de vuelta a sus países de origen "va en contra de las obligaciones legales a las que Grecia ha accedido y los valores y principios que asegura representar", afirmó Bill Frelick, director de derechos de refugiados y migrantes de la ONG.

La postura de la Unión Europea (UE) con respecto a la crisis migratoria entre Grecia y Turquía se ha suavizado desde la semana pasada, cuando la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, se refirió a Grecia como "el escudo de Europa" contra los migrantes que proceden de Turquía. El lunes, sin embargo, Von der Leyen afirmó que, aunque aliviar la presión migratoria en la frontera es necesario, la solución a la crisis debe incluir que se garantice el derecho a solicitar asilo.

El Gobierno griego, liderado por el conservador Kyriakos Mitsotakis, decidió suspender el derecho a solicitar protección internacional durante el mes de marzo después de que el pasado día 27 Ankara cancelase de facto la declaración conjunta sobre migración Unión Europea-Turquía al abrir sus fronteras e iniciara una escalada en la crisis migratoria. Sobre los supuestos usos de gases lacrimógenos y enfrentamientos violentos en la frontera terrestre grecoturca, la presidenta de la Comisión también rebajó el tono, y afirmó que "el uso excesivo de la fuerza es inaceptable" y que "tanto las fronteras europeas como los derechos humanos deben protegerse".

Turquía, lo firmado ya no vale Mientras, el Gobierno turco aseguraba ayer que quiere actualizar el acuerdo migratorio cerrado con la UE hace cuatro años para adaptarlo a la situación actual del conflicto en Siria, después de la tensión creada por el anuncio de Ankara de que no impedirá el paso de refugiados hacia Grecia. "Ahora Idlib y Afrin (provincias sirias) se encuentran en una nueva fase. Hay nuevos lugares seguros en Siria. En la nueva hoja de ruta no solo debe aparecer el acuerdo de 2016, también los nuevos pasos a seguir (en la gestión migratoria)", declaró el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, a la agencia Anadolu.

Turquía y la UE acordaron ayer en Bruselas un proceso de consultas para aclarar cómo se está aplicando el acuerdo migratorio por el que Ankara se comprometió a mantener en su territorio a demandantes de asilo a cambio de 6.000 millones de euros de fondos comunitarios para atenderlos.

"La UE nos dice: No queremos que los migrantes vengan. Pero, ¿qué ha hecho para que puedan regresar a Siria? Nada. No hay apoyo de su parte", criticó. "Hablaremos de lo que tenemos que hacer en el marco de la nueva situación. Si podemos llegar a un acuerdo antes del 26 de marzo, cuando habrá una cumbre de los líderes de la Unión Europea, estará en la agenda", añadió, refiriéndose al Consejo Europeo de los días 26 y 27 en Bruselas. -