- La persona cuyo cuerpo sin vida fue encontrado el sábado por la mañana en el río Bidasoa, un migrante africano de 38 años, podría haber llegado a Irun procedente de El Ejido (Almería), donde habría trabajado de temporero, según EITB Media, ya que entre sus pertenencias figuraba un documento que acredita haber recibido la vacuna anticovid en dicha localidad andaluza. Además ya se sabe que esta persona no había pasado por ningún recurso del Gobierno Vasco. Ayer alrededor de 500 personas se concentraron en la Plaza San Pedro de Irun para solicitar a las instituciones que ofrezcan un mayor apoyo a estos migrantes.

El acto se celebró ante el Ayuntamiento de la localidad guipuzcoana, de cuyo balcón central colgaba una bandera blanca con un lazo negro, una muestra de condolencia que también manifestó con su presencia miembros de la corporación municipal con Miguel Ángel Páez, primer teniente de alcalde, a la cabeza.

El alcalde, José Antonio Santano, que se encontraba en Bilbao en el Congreso del PSE, reclamó ayer que “se replanteen los controles en la frontera” que llevan a estas personas “a jugarse la vida”, además de “políticas europeas comunes que eviten este drama”. Fue uno de los pronunciamientos institucionales de la jornada, tras conocerse que un hombre había fallecido cuando trataba de alcanzar a nado la otra orilla del Bidasoa y se había recuperado su cuerpo en la zona de Endarlaza, casi en el límite con Navarra.

El director de Migración y Asilo del Gobierno Vasco, Xabier Legarreta, declaró, por su parte que, “desgraciadamente, episodios como estos pueden repetirse hasta que Europa no cree corredores seguros para el tránsito de personas que sólo intentan buscar un futuro mejor”. En opinión de Harrera Irungo Sarea, a los migrantes que llegan a Irun “no se les da la acogida que se les tiene que dar”.