El Gobierno británico dispuso ayer el confinamiento de la ciudad de Leicester, debido al aumento de los casos de la covid-19, mientras que en el resto de Inglaterra se mantiene la desescalada programada. Los comercios que venden artículos no esenciales y las escuelas permanecerán cerrados, en tanto que el plan para reabrir este sábado, 4 de julio, bares y restaurantes en Inglaterra quedará suspendido en Leicester, una ciudad con unos 400.000 habitantes.