pamplona - La Iglesia católica ha sido la gran ausente en las jornadas La pederastia en centros religiosos: hacia la verdad, justicia y reparación desde Navarra, que ayer abrió un espacio de debate entre las víctimas, el ámbito académico y el institucional. El presidente de la Asociación de Víctimas de Abusos en Centros religiosos de Navarra, Jesús Zudaire, indicó durante la apertura en el congreso que la Iglesia ha desestimado su invitación a participar en estas jornadas aludiendo a que “este no es el sitio idóneo para discutir el tema”.

“Dicen que queremos enfrentar al Gobierno con la Iglesia y que parte de culpa de que haya tan poca vocación es nuestra”, aseguró, dejando claro que las víctimas son quienes sufrieron estos abusos, pero la Iglesia “ahora se está victimizando porque dicen que les pedimos dinero para silenciar el caso”. Zudaire dejó claro que no se trata de “pecadillos”, sino “de delitos graves” y manifestó su deseo de hablar con las instituciones eclesiásticas “sin condiciones”.

También se mostró tajante en este asunto durante su intervención en la apertura el consejero de Políticas Migratorias y Justicia del Gobierno de Navarra, Eduardo Santos, quien consideró que se trata de “una ocasión perdida” para la Iglesia aunque “esto no excluye a que hagamos puentes para que tomen parte en otras conversaciones y asuman su responsabilidad”. “El Gobierno desea que los actores de estos hechos, por acción u omisión, por silencio u ocultación, puedan hacer públicamente una reflexión que supere el ámbito individual”, ha explicado Zudaire, quien ha añadido que “no sirven justificaciones genéricas” ni “abrir el foco para acabar desenfocando la realidad concreta”. El reconocimiento de lo sucedido, apuntó, es “clave para sanar heridas individuales y sociales” y las instituciones “no son responsables de lo que hacen personas a título individual”, pero sí de cómo abordan las consecuencias de estos hechos.

Una de las personas que se acercaron para asistir como público fue José Luis Pérez, la primera víctima que denunció en Navarra haber sufrido abusos durante su niñez. - Efe