VITORIA. Desde que el pasado 1 de diciembre entraran en vigor las ordenanzas de Ruido y Vibraciones, y la de Hostelería, un total de 15 bares del centro de la ciudad han solicitado cambiar de categoría para poder funcionar como pub y poder así abrir hasta más tarde. La clave está en cumplir las estrictas medidas que se plantean en cuestión de insonorización.

Teniendo en cuenta que, a cambio, se ha reducido la distancia mínima que tiene que existir entre un pub y otro, supongo que las solicitudes a partir de ahora serán muchas más, ¿no?

No va a haber una explosión, sino una adecuación transitoria de aquellos establecimientos que encaje en su plan de negocio esa estrategia. Las actuaciones que hay que hacer son muy importantes. En el entorno histórico estamos hablando de edificios del siglo XIX y de principios del siglo XX. Ahí no se puede entrar con una excavadora. Requiere de unos plazos y de una serie de cuestiones técnicas que no se pueden llevar a cabo de la noche a la mañana. El goteo y la incorporación va a ser muy progresiva.

Entonces, ¿los vecinos no se tienen por qué alarmarse?

Se van a mejorar las condiciones y se va a eliminar la contaminación acústica, lo que va a hacer compatible el entorno residencial con la actividad hostelera.

¿Cuál es el estado general de los bares de Vitoria?, ¿hay mucho trabajo por hacer en cuestión de insonorización?

Sí, sí, evidentemente. Estamos hablando de muchos bares que abrieron hace más de 25 años, y las características constructivas no tienen nada que ver con las actuales. Esos locales son los que el Ayuntamiento ha venido a definir como establecimientos fuera de ordenación. Para esos locales que no cumplan con los parámetros, su actividad dentro de doce años probablemente se acabará si no acometen las obras. Si hace veinte años hablábamos de la reconversión del sector naval, yo creo que esta década va a ser la de la reconversión del sector de la hostelería.

¿Desaparecerán los clásicos bares de barrio adonde acuden los jubilados para echar la partida de cartas?

Ahora sólo hay tres claves para pensar en la continuidad de los negocios: innovación, competitividad y trabajo, mucho trabajo. Cualquier negocio que no se someta a esas variables, su viabilidad se verá comprometida.

¿Van a tener ayudas los bares para acometer las reformas?

En principio, en el Presupuesto de 2011, que prácticamente está perfilado, no se contempla ninguna partida. Nos parece completamente desafortunado, al igual que con la Ley Antitabaco, que primero se imponga la norma y no se faciliten las medidas de acompañamiento oportunas. El Ayuntamiento tiene que contemplar esta posibilidad. Es una de las mejores inversiones que puede hacer la ciudad en su entorno. No van a venir nuevas empresas a instalarse en Vitoria, no se esperan nuevos tejidos económicos, por lo que una de las mejores alternativas que tiene la ciudad para generar riqueza y valor añadido es crear un tejido de servicios en términos de excelencia.

La ordenanza también contempla llevar las discotecas al extrarradio. ¿Cree que funcionaría este modelo en Vitoria?

Las experiencias llevadas a cabo en otras ciudades, como San Sebastián, las recogió el Síndico en un informe y parece que no son muy recomendables, porque se generan zonas grises de actividades paralelas que puedan ser susceptibles de problemas. El empresariado es libre de hacer lo que quiera, pero acometer unas inversiones de estas características se nos antoja muy poco recomendable. Creo que el parque de establecimientos que hay en Vitoria puede satisfacer la demanda. Incluso algunos edificios que no tienen equipamiento residencial encima podrían acoger este tipo de actividad.