- Un lugar no solo para ver y visitar, sino para sentir y reflexionar. Esta será una de las vigas maestras sobre las que descansará el espacio expositivo que albergará Gogora, y a través del que el instituto de la memoria compartirá y dará a conocer el resultado del ingente trabajo para construir la memoria y la convivencia que lleva realizando desde su creación en 2014. Ayer se presentó el proyecto elegido, tras la convocatoria de un concurso público y la decisión de un jurado, para dar forma a esta ambiciosa iniciativa: Gogoak Hedatuz, expandiendo memorias, creado por una UTE de empresas de la que forma parte el coautor del cercano Palacio Euskalduna, Federico Solano.

La “construcción social de la memoria” tiene en la divulgación una de sus formas de expresión fundamentales, tal y como afirmó la consejera de Igualdad, Justicia y Políticas Sociales, Beatriz Artolazabal, en el acto celebrado en la propia sede de Gogora. Y este espacio expositivo, que se ubicará en el patio interior ajardinado del edificio, será una de las principales herramientas para vehiculizar el significado de dicha memoria: “verdad, justicia, reconocimiento, futuro y convivencia”.

En paralelo y estrecha colaboración con otros proyectos como el Centro Memorial del 3 de Marzo de Gasteiz y la renovación del Museo de la Paz y del Bombardeo de Gernika, Gogoak Hedatuz supondrá un recorrido sobre la memoria de la Guerra Civil y la dictadura; el terrorismo de ETA; el terrorismo de la extrema derecha (GAL, BVE...); el abuso de poder y la utilización ilegítima de la violencia; la resistencia democrática frente a las injusticias; el compromiso cívico en favor de la paz, la libertad y la democracia; y un espacio final para proponer la reflexión y la participación. Como consecuencia de ello, “la pedagogía de la memoria en Euskadi tendrá en Gogora un espacio singular y de referencia”, dijo la consejera.

En el estuvieron asimismo presentes la directora de Gogora, Aintzane Ezenarro, y el viceconsejero de Derechos Humanos, Memoria y Cooperación, José Antonio Rodríguez Ranz. Este último dio lectura al acta del jurado y explicó los pasos que se darán a partir de ahora: para el próximo 31 de diciembre estará listo el proyecto de ejecución, después se licitará y se adjudicará, y a continuación se ejecutará. Aunque aún se está en una fase muy temprana del proceso, avanzó que todo ello puede llevar a que el fin de las obras y su apertura al público tenga lugar en la primavera de 2023.

En su intervención, Beatriz Artolazabal felicitó a las seis empresas participantes en el concurso, y muy especialmente a la ganadora y las dos finalistas. “Habéis demostrado que este país tiene ideas, propuestas y proyectos innovadores al servicio de su memoria”, dijo. Respecto a la labor realizada por Gogora, destacó que “hacer efectivo el derecho a la memoria significa investigar y generar conocimiento”. Y eso conlleva “transferir, socializar y divulgar ese conocimiento”, para lo que ayer se puso “la primera piedra de una nueva etapa” con la presentación del proyecto expositivo.

La consejera insistió en que “además de investigar, debemos divulgar y sensibilizar para hacer de la memoria una construcción colectiva”, y este nuevo espacio expositivo será punta de lanza para lograrlo. Todo ello con “los rostros y la mirada de las víctimas” como hilo conductor para “humanizar la memoria”. Un espacio “para visitar, para recorrer, para ver, pero sobre todo, para sentir, experimentar y emocionarse. Un Espacio para pensar y reflexionar”, resumió. Artolazabal resumió por último los compromisos del Gobierno vasco que el futuro espacio contribuirá a vehiculizar: dar voz a las víctimas; deslegitimar de forma radical la sinrazón violencia y el terrorismo; poner en valor la resistencia democrática y el compromiso cívico; y construir una memoria al servicio de los valores éticos y democráticos y de la convivencia.

Durante la presentación se pudo contemplar un vídeo que avanzaba cómo será el espacio expositivo. Pero lo más clarificador fue la explicación que dio el arquitecto Federico Soriano. Comenzó diciendo que la idea “no era hacer un museo en el sentido estricto”, ya que su mayor inspiración vino del concepto de “memoria como un espacio físico”. El reto fue, por tanto, construir ese espacio “en base a texturas, luces y sombras para pasar de unos contenidos a otros, sin límites ni cerramientos”.

El segundo factor clave es que todo está construido en base a testimonios y personas con un cariz “intenso”, lo que ha llevado a buscar un contrapunto en el propio jardín y los árboles del patio, que se integrarán en la nueva estructura. “Será un espacio que permitirá descansar y reflexionar tras ver los testimonios”, señaló Soriano. Todo ello con las “técnicas más modernas”, dado lo limitado del espacio -un máximo de 530 metros cuadrados y una altura marcada por el límite de la tapia perimetral- y sus dificultades.

El arquitecto expuso la complejidad que supone el hecho de que se ubique en un edificio ya existente y funcional, “no un solar vacío”, y con un archivo histórico en la planta baja que se debe proteger de forma escrupulosa; la propia construcción, al no haber un acceso claro, lo que ha llevado a optar por una estructura desmontable y ligera; y la decisión de integrar el jardín y el arbolado.

Temáticas diferenciadas. Memoria sobre la Guerra Civil y la dictadura; del terrorismo de ETA; del terrorismo de extrema derecha (GAL, BVE...); sobre vulneraciones de derechos fruto del abuso del poder y la utilización ilegítima de la violencia; de la resistencia democrática frente a las injusticias; del compromiso cívico por la paz.

Desde la centralidad de las víctimas. Compromiso de dar voz a las víctimas, de mirar a través de sus ojos.

Contra todas las formas de violencia. De deslegitimar radicalmente la sinrazón de la violencia y el terrorismo.

En favor de la paz y la libertad. De poner en valor la resistencia democrática y el compromiso cívico.

Valores éticos. El nuevo espacio de Gogora reflejará el compromiso de construir de forma conjunta una memoria al servicio de los valores éticos y democráticos, y de la convivencia.

“No queríamos hacer un museo en el sentido estricto, sino construir una memoria física”

Arquitecto

“Además de investigar, debemos divulgar para hacer de la memoria una construcción colectiva”

Consejera de Igualdad y Justicia