- El Ayuntamiento de Donostia colocó ayer, a la altura del número 22 de la avenida Sancho el Sabio, dos placas en memoria de Enrique Cuesta y Antonio Gómez, asesinados hace 39 años por los Comandos Autónomos Anticapitalistas (CCAA). El homenaje consistió también en una ofrenda floral en memoria de las dos víctimas de este atentado. En el acto tomaron parte la hija de Enrique Cuesta, Cristina Cuesta, expresidenta del colectivo de víctimas del Terrorismo, Covite, y directora de la Fundación Miguel Ángel Blanco, junto a sus propias hijas Cristina e Irene. También estuvieron presentes la viuda del escolta Antonio Gómez, Pepi Gutiérrez, junto a su hijo Javier, sus nietos y su nuera.

De la misma forma, al homenaje acudieron representantes de todos los grupos con representación en el Ayuntamiento donostiarra, encabezados por el alcalde, Eneko Goia, a excepción de EH Bildu, por expreso deseo de la familia. También estuvieron presentes, entre otros, el viceconsejero de derechos humanos, memoria y cooperación, José Antonio Rodríguez Ranz, y víctimas de ETA como Ana Iribar, Iñaki García Arrizabalaga o Bárbara Dührkop.

Con este acto, suman ya once las placas que el Consistorio donostiarra ha colocado en la ciudad dentro de la iniciativa impulsada desde la pasada legislatura para dar visibilidad en el espacio público a las víctimas del terrorismo y la violencia política. El Ayuntamiento continúa así “desarrollando esta iniciativa para recuperar la memoria y visibilización en el espacio público de aquellas víctimas de motivación política que perdieron la vida” en la ciudad.

Enrique Cuesta Jiménez, de 54 años, y Antonio Gómez García, de 24, fallecieron como consecuencia de un atentado cometido con arma de fuego el 26 de marzo de 1982. Cuesta, delegado de Telefónica en Donostia, murió en el acto, mientras que Gómez, policía nacional y escolta de Cuesta, fallecía cinco días más tarde.

Al término del homenaje, Cristina Cuesta señaló que es un día “muy emocionante” y también el compartirlo con la familia de Antonio Gómez. “Es emocionante coincidir con vecinos, con ciudadanos donostiarras. Yo quiero pensar que estamos todos representados, unidos en la defensa de la memoria y de la justicia de las víctimas”, ha resaltado Cuesta, quien resumió en que “aquí solo faltan los asesinos y los que todavía siguen justificando el crimen”. En esa línea, manifestó que le gustaría que las placas colocadas con los nombres de sus familiares “sirvieran para que muchos ciudadanos donostiarras se preguntaran qué hicieron o qué dejaron de hacer cuando en San Sebastián se asesinaba a 99 personas por distintos grupos terroristas, 96 por ETA y por grupos afines”.

Por su parte, Javier Gómez, hijo del escolta asesinado en el atentado de 1982, expresó también su agradecimiento al Ayuntamiento donostiarra por la iniciativa de reconocimiento a las víctimas y ha destacado que se trata de “un paso más hacia la memoria y la reconciliación de la sociedad vasca y la española, y hacia la paz”. El alcalde de San Sebastián, por su lado, se refirió a que este es un acto “sencillo pero sincero” de recuerdo a dos personas que perdieron la vida en la ciudad “de una forma absolutamente injusta” hace 39 años y señaló que las placas “quedarán aquí dando testimonio de que nos faltan”. Goia destacó que es la primera vez que la viuda de Antonio Gómez vuelve a Donostia después de 39 años, algo que tiene “un enorme significado”. “Me produce una especial satisfacción en el sentido de que hemos tenido oportunidad de que vuelva aquí y hacerle llegar que seguimos manteniendo vivo el recuerdo de quien era su marido”, según concluyó el alcalde donostiarra.