- Si hay un partido al que se le puede quedar corta la campaña electoral que hoy expira es al PDeCAT. Enarbolando la bandera de la gestión, e incluso recibiendo comparaciones con la canciller alemana Angela Merkel; la candidata de la marca posconvergente, Àngels Chacón, parece ir ganando terreno en las encuestas en esta recta final, principalmente a costa de Junts, y algunos sondeos piratas le otorgan hasta dos escaños en el Parlament. A nadie se le escapa que la fuerza que se autoproclama heredera del legado de Convergència huye de cualquier horizonte que le acerque a la vía unilateral de Carles Puigdemont, y más tras el sonado divorcio en el seno de este espectro, pese a defender un trabajo hacia la independencia que tenga como punto de partida una mayor capacidad de autogobierno, y siempre bajo la fórmula del diálogo y la negociación. Ayer mismo Chacón tuvo que reconocer que en el referéndum del 1-O “cometimos errores y de los grandes”. “Nos pusimos de acuerdo para ir a votar pero no había nada preparado al día siguiente”, confesó la exconsellera de Empresa, a quien el expresident Quim Torra relevó del Govern en su última remodelacióntras ser la única que decidió seguir embarcada en el proyecto demócrata y no pasarse a las filas de JxCat.

Chacón señala que el PDeCAT ha aprendido la lección. Es más, admitió en una entrevista en TV3 que “en cierta medida” aquella cita fue un engaño porque los partidos independentistas no contaban con la respuesta del Estado ante el referéndum, de ahí la hoja de ruta hacia una secesión de la que, eso sí, no desdeña tendría que pasar obligatoriamente por lograr la unidad entre las marcas soberanistas, pactar un referéndum vinculante con el Estado español y trabajar por lograr el reconocimiento internacional necesario.

A la candidata le avala el precursor de la consulta del 9-N y que desde la presidencia de la Generalitat dio el pistoletazo de salida al Govern, Artur Mas, también muy distanciado de las tesis de Puigdemont. Mas, que augura un “papel relevante” de Chacón en la política de los próximos años, y que alaba cómo defiende sus ideas en un tono educado, correcto, elegante y con convicción, cree que “necesitamos a gente que no se instale en la demagogia, que nos aleje de Venezuela y nos acerque a Dinamarca”. Por eso entiende que el proyecto del PDeCAT va más allá de las olas y las modas pasajeras porque se tiene un modelo claro para Catalunya.

No son pocos quienes en esta campaña han apuntado que el PDeCAT comparte el pragmatismo que ahora expresa Esquerra, de ahí que la propia Chacón haya emplazado al líder republicano, Pere Aragonès, a que elija entre el Partit Demòcrata y la CUP tras las elecciones. A juicio de la posconvergente es difícil aliarse con quienes promueven la “turismofobia” o “quieren encargarse, mejor dicho cargarse, la conselleria de Interior”. No en vano, el PDeCAT afeó a Junts durante su separación que cada vez asimilaba más tesis de izquierda de la fuerza anticapitalista. Paralelamente, Chacón es una de las firmantes del manifiesto que en conjunto han suscrito las formaciones independentistas comprometiéndose a no pactar con el PSC de Salvador Illa. Ahora bien, el PDeCAT, al igual que ERC, desligó este acuerdo de futuros apoyos al PSOE y al Gobierno de coalición en el Congreso, sobre todo en materia económica y social. “No afecta a pactos municipales, ni condiciona apoyos a otras leyes concretas nacionales o del Gobierno catalán”, matizan los posconvergentes.

Reflexión compartida. El 1-O cerca también a Pablo Casado después de que afirmara que no compartía la gestión que hizo de ese día el Gobierno de Mariano Rajoy ni las cargas policiales, y que por eso no quiso comparecer como portavoz del partido. Algo que volvió a corroborar ayer pese a que varios exdirigentes de aquella cúpula del PP hayan negado que el actual líder popular tuviese intervención prevista esa jornada. El presidente del PP repitió que se tenía que haber “evitado” el 1-O actuando “antes”, pensamiento que dijo no es una novedad porque es una reflexión que hizo ante las primarias del PP que se celebraron en el verano de 2018 para elegir al sucesor de Rajoy. Es más, reveló que había otros “tres candidatos” que compartían que “las cosas se podían haber hecho mejor”. “Dos de ellos ministros”, en alusión a María Dolores de Cospedal y José Manuel García Margallo.

“Nos pusimos de acuerdo para ir a votar pero no había nada preparado al día siguiente”

Candidata del PDeCAT a la Generalitat