- Sucedió hace un año, pero la revelación de que Downing Street, la oficina del primer ministro británico, celebró una fiesta prenavideña cuando estaban en vigor duras restricciones sociales ha sumido a Boris Johnson en una nueva crisis que amenaza con socavar su ya debilitado liderazgo.

La risa de la exportavoz del Gobierno Allegra Stratton en un vídeo filtrado se ha convertido en una de las imágenes del año. Una losa que puede tener consecuencias impredecibles sobre la popularidad de Johnson.

Del festejo había algo más que sospechas desde que el diario Daily Mirror desveló su existencia hace diez días. Pero una cosa es leer una noticia que cita a fuentes anónimas, y otra diferente es observar a la entonces “cara” del Ejecutivo partirse de risa mientras bromea sobre cómo ocultar la juerga a la prensa.

El vídeo muestra un simulacro de rueda de prensa en el que funcionarios de Downing Street preparan a la portavoz para las posibles preguntas de los periodistas. Uno de los asesores inquiere a Stratton acerca de una supuesta fiesta cuatro días antes, el 18 de diciembre de 2020, a lo que ella responde entre risas: “Yo me fui a casa...”.

El funcionario insiste y pregunta si el primer ministro aprueba la celebración de fiestas navideñas en la sede del Ejecutivo, a lo que la portavoz replica: “¿Y qué respondo a eso?”, antes de afirmar jocosa que se trató de “una reunión de trabajo... sin distancia social”.

Con su dimisión ayer como portavoz de la cumbre climática COP26, Stratton se ha convertido en la primera víctima de este nuevo escándalo que aflige al primer ministro.

Las chanzas del equipo más cercano a Johnson han irritado profundamente a una sociedad que esos mismos días contaba a sus fallecidos por centenares y que, en muchos casos, ni siquiera pudo despedirse de sus seres queridos por las reglas vigentes.

Johnson trató de salvar la cara ayer en la sesión de preguntas al primer ministro en la Cámara de los Comunes y pidió “disculpas sin reservas” por el vídeo, aunque insistió en que la fiesta no tuvo lugar, “según le han asegurado”. “Me enfureció ver el vídeo y entiendo lo irritante que debe ser para la gente”, dijo, antes de anunciar que había pedido al secretario del gabinete que abra una investigación interna sobre lo sucedido: “Si se rompieron las reglas, habrá acciones disciplinarias”.

A Johnson le dio la réplica el laborista Keir Starmer, líder de la oposición, quien le espetó haber “mentido” a los británicos y le acusó de haber “despertado más preguntas que respuestas” con su intervención.

“Ustedes sabían que hubo una fiesta, que iba contra las reglas, que no podían reconocerlo, y pensaron que era muy gracioso. ¿Por qué no lo admite ya?”, inquirió Starmer. El líder laborista también se preguntó cómo va a pedir el jefe del Gobierno a los ciudadanos que cumplan las reglas a partir de ahora.

Otra fiesta

El Ministerio de Educación también celebró otra fiesta navideña, en ese caso instigada por el propio titular de la cartera, Gavin Williamson, defenestrado por Johnson en su remodelación.

‘Tories’

Los diputados ‘tories’ más reacios a las restricciones anticovid reclamaron que cualquier futura medida de distanciamiento social sea voluntaria.